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El Real Madrid intentará revivir otra noche mágica, en el estadio Santiago Bernabéu, que tendrá como premio el pase a las semifinales de la Liga de Campeones si consigue una victoria y doblegar al imperio turco representado por el Galatasaray de Hagi y Jardel, que llega con una renta de un gol, 3-2, conseguida en el partido de ida jugado en Estambul. El partido cuenta con todos los aditamentos de las grandes ocasiones. Un campo lleno, la necesidad de victoria, una semifinal de la Copa de Europa a la vista y un rival que se ha resistido en los dos partidos oficiales que ha habido de por medio.

Vicente del Bosque parece haber refutado con hechos y resultados los comentarios que hablaban de cansancio físico y mental. La victoria conseguida el sábado ante el Villarreal por 4-0 ha supuesto un rearme moral del conjunto y sólo la duda de Fernando Hierro ha sembrado la intranquilidad en las filas madridistas.

Finalmente el central malagueño parece haberse recuperado y el entrenador le ha incluido en la convocatoria de 18 jugadores, aunque se esperará hasta el último momento para ver la conveniencia o no de su alineación inicial. El aspecto psicológico también cuenta en estos casos. Quien no se ha podido recuperar es Fernando Morientes, al que los problemas de pubis están martirizando esta campaña, aunque la explosión goleadora de Guti y la segura presencia de Raúl, desde el inicio, minimicen la ausencia del delantero extremeño.

El Galatasaray, por su parte, llegó a Madrid con la piel de cordero puesta, porque son conscientes de que su mejor arma puede ser alimentar la supuesta superioridad de sus rivales y la euforia que se vive en el ambiente. El delantero brasileño Mario Jardel no se ha andado con medias tintas, en este sentido, y declaró que a su equipo «le valía el empate», aunque eso no signifique que el Galatasaray vaya a salir a conservar el marcador inicial. Mircea Lucescu concedió descanso a Hagi en el último partido de Liga (vencieron al Antalyaspor por 2-0), y Jardel sólo salió en la segunda parte, aunque demostró que sigue teniendo el punto de mira perfectamente ajustado y marcó su gol de rigor.