Si en tiempo de playoff todos los días son especialmente intensos,
Inca recordará de forma especial la jornada del 24-A. A las nueve
de la mañana, la Federación Española (FEB) comunicaba al club de es
Raiguer que el Palau había sido clausurado y le instaba a fijar un
nuevo escenario fuera de la Isla para el cuarto partido de playoff
antes de las seis y media de la tarde. Surgieron el nombres de
Lliria y Zaragoza, aunque por la noche la propia FEB anunciaba que
su comité de Apelación había decidido conceder la suspensión
cautelar, reclamada por los servicios jurídicos del Inca poco
después de ser notificada la resolución del Juez Único de la LEB,
que también fijó una sanción económica de 200.000 pesetas.
La situación en la grada de la peña «Besties Negres» ha
propiciado la clausura del Palau. El club, que había sido advertido
en varias ocasiones de que infringía el reglamento disciplinario
(está prohibida la ubicación de bombos tras el banquillo visitante)
y que ha sido considerado reincidente por el órgano disciplinario
de la FEB, ha asumido su responsabilidad, aunque también se ha
apresurado a calificar de «ejemplar» el comportamiento de su
hinchada. «Nosotros siempre asumimos nuestra responsabilidad, pero
cerrarnos el campo nos parece un tanto desproporcionado», declaró a
Ultima Hora Radio el vicepresidente Joan
Rubert.
Lejos del segundo contencioso de peso que se abre en Inca
durante las últimas semanas "el primero fue la repetición del
partido ante el Menorca", la plantilla profesional se conjuraba
para equilibrar la eliminatoria de ascenso. Superado con éxito el
examen del lunes (74-68), el grupo balear se siente algo más
seguro. Despojado de algunas dosis importantes de intranquilidad,
esta noche (21.00 horas) quiere sellar su regreso a Granada.
Tres partidos despues, si algo ha quedado claro es que el Inca
tiene munición para plantarse en semifinales. Su rival sigue
mandando en la eliminatoria (2-1) y tiene una bala en la recámara
(el quinto partido se disputaría en suelo andaluz), pero el orgullo
del Inca está fuera de toda duda. La posible vuelta de Santi Aldama
"el lunes no jugó un solo minuto" refuerza algo más al credibilidad
de un equipo que ha empezado a generar buenas noticias. Albert
Miralles y Llorenç Mons son dos de ellas. Granada debe empezar a
notar el peso de los partidos y con una victoria en la mochila el
Inca empieza a sentirse algo más importante.
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