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FELIPE RECUERO- ITALIA El ciclista alemán Danilo Hondo, del equipo Telekom, logró su segunda victoria consecutiva en el Giro al imponerse, al esprint, en la tercera etapa que tuvo un comienzo muy tranquilo y un final emocionante. Hondo invirtió en los 149 kilómetros de viaje entre Lucera y Potenza, 3 horas, 44 minutos y 30 segundos a una velocidad media de 39'3 kilómetros por hora. Tras él cruzaban la línea de meta el italiano Endrio Leoni y el esloveno Andrej Hauptman dando tiempo el grupo principal.

La tercera etapa del Giro, al contrario que días anteriores, resultó más tranquila de los esperado, a pesar de que tan sólo eran 149 kilómetros de viaje, por carreteras estrechas, sinuosas y en muchos casos mal asfaltadas. Los ataques brillaron por su ausencia, pues muchos de los corredores no querían malgastar fuerzas que van a tener que utilizar en la próxima jornada, el primer final en alto Un accidente provocó un corte aunque algunos corredores, caso del italiano Pantani no levantaron el pie. Una veintena de corredores quedaban al frente del grupo y llegaron a tener hasta casi medio minuto con respecto a Verbrugghe, que lograba entrar en el pelotón de Pantani y el español Abraham Olano hacia el kilómetro cien.

Por el alto de Montegervine coronó primero el colombiano Fredy González seguido del español Alexis Rodríguez y el mexicano Julio Antonio Pérez con pocos segundos con respecto a un pelotón muy estirado en el que estaban los primeros de la general. Ya en las calles de Potenza el conjunto Mapei intentó controlar la situación; pero ONCE Eroski volvió a la carga con el checo Jan Hruska y Àlvaro González de Galdeano, que eran los que marcaban el ritmo.

A falta de una docena de kilómetros se fueron el italiano Sergio Barbero, esloveno Gorazd Stangelj y el español Joquín López que llegaron a tener hasta 20 segundos, para ser neutralizados en el último kilómetro debido al fuerte ritmo que impusieron los corredores de la ONCE Eroski, Telekom y Alessio. Como si fuera de un calco de lo sucedido en el día anterior Hondo lanzado por sus colegas, hacía valer su momento dorado de forma por el que atraviesa y se imponía con facilidad al italiano Endrio Leoni.