Los 119 kilómetros, que tuvieron por escenario las calles de San
Remo y sus alrededores, carreteras que suele incluir la clásica
Milán-San Remo, fueron recorridos por Caucchioli, ganador también
de la octava etapa, en un tiempo de 3 horas, 36 minutos y 52
segundos, dos menos que el portugués Azevedo y casi 40 con respecto
al pelotón del líder, el también italiano Gilberto Simoni, por lo
que la general no cambia en sus primeros puestos.
La jornada resultó menos movida de lo esperado. Nadie quiso
atacar al líder y aunque el recorrido se prestaba a las emboscadas,
al ser un circuito con dos altos puntuables, ambos de segunda, y
carreteras estrechas, sinuosas y mal asfaltadas, nadie se movió. La
primera vuelta a ese circuito de 60 kilómetros se hizo a tren, lo
mismo que el tramo hasta la cima de la Ghimbegna, catalogada de
segunda y cuya cúspide estaba a tan sólo 31 kilómetros para la
línea de meta.
A pie de puerto el pelotón llegaba agrupado y por el intergiro,
ubicado en las primeras rampas, eran los españoles José Luis
Arrieta y Abraham Olano los que cruzaban en primera posición
arañando seis y cuatro segundos de bonificación respectivamente.
Por la cima corona en primera posición el italiano Caucchioli. En
la pronunciada bajada salía del grupo principal como un poseso el
corredor portugués José Azevedo.
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