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FERNANDO FERNÀNDEZ La flota toma la bahía de Palma a falta tan sólo de poco más de 24 horas para que la XX edición de la Copa del Rey de vela llene de colorido nuestras aguas. Todas las embarcaciones han tomado ya posiciones en los pantalanes del Real Club Náutico de Palma, donde las mediciones han centrado la labor de navegantes y organizadores. Ayer ya fue masiva la salida de embarcaciones con el fin de tomar contacto con el campo de regatas, aunque la llegada del «Juan Sebastián Elcano» eclipsó toda la actividad de la Copa en el Náutico.

Será el martes, a la una de mediodía, cuando eche a andar una entrega especial de la competición náutica de mayor peso en el Mediterráneo, con la que la temporada náutica llega a su cénit. Una prueba barlovento-sotavento empezará a marcar distancias en vistas a la regata larga del miércoles. Viernes, sábado y domingo, el campo de regatas de la bahía de Palma volverá a capitalizar el interés de la prueba.

Un año más, la Familia Real volverá a ser el centro de atención de navegantes, curiosos y periodistas. El pulso está lanzado en lo que puede ser el relevo generacional. La victoria del «CAM» en la Breitling, con la presencia del príncipe Felipe a la caña, convierte al heredero en la principal amenaza de un «Bribón» que defenderá corona. Uno que querrá tomarse la revancha es el «Andalucía Solo Hay Una». Tras ser penalizada y abandonar en la Breitling, la embarcación de Oliver Góngora se toma la Copa del Rey como algo más que un reto, por lo que su caché en las apuestas incrementa con el paso de las horas. «Telefónica Movistar» o «Banco Espírito Santo» cuentan con el beneplácito de la flota, sin dejar de lado al «Antena 3 Loewe» o el «Azur de Puig».

No debemos olvidar en la clase B al «Zúrich» de Jan Santana o el «K-Yote», amenazados seriamente por la sensación de la pasada edición, el «Fadesa», o el campeón del mundo, «Telepizza-Pepsi». La gran Breitling firmada por el «Siemens», barco 100% de la tierra, le mete en la pomada por méritos propios. Todo apunta a un desenlace en el que el «CAM» y el «Bribón» tienen mucho que decir. Lo que se salga de este binomio puede sonar extraño, pero la calidad de la flota es apta para sorpresas.