Durante diez días 1.772 atletas (1.040 hombres y 732 mujeres) de
200 países lucharán por las medallas en 24 pruebas masculinas y 22
femeninas ante la mirada de unos 4.000 millones de aficionados que
seguirán el torneo en todo el planeta según cálculos de la flamante
Asociación de Federaciones Internacionales de Atletismo (IAAF). La
entrada en el nuevo milenio coincide con un cambio generacional que
acaba de arrumbar a grandes ídolos del estadio (Michael Johnson,
Sergey Bubka) y centra el foco sobre figuras ya consagradas como
los estadounidenses Maurice Greene y Marion Jones y el argelino Alí
Saidi-Sief. Johnson, rey del atletismo mundial desde la retirada de
Carl Lewis y el atleta más laureado en la historia de los
campeonatos del mundo, con nueve medallas de oro, será la ausencia
más notoria en Edmonton.
El texano, que en los últimos mundiales batió el récord mundial
de 400, no incluyó los Mundiales en su gira de despedida. Además
del atleta de las zapatillas de oro (Johnson) y del zar de la
pértiga (Bubka) -ya retirado-, faltarán a la capital de Alberta la
australiana Cathy Freeman, el ruso Yuri Borzakowski, los kenianos
Noah Ngeny y Paul Tergat, el español Abel Antón, el ruso Maksim
Tarasov y probablemente su compatriota Olga Yegorova, cazada en un
control de dopaje en la reunión de París. A las grandes figuras del
presente, consolidadas en los últimos años a la sombra de aquellos,
corresponde ahora relegar al olvido a los viejos ídolos.
Maurice Greene, el ser humano más rápido del planeta (100 metros
en 9.79 segundos), tiene en Edmonton la oportunidad de igualar a su
glorioso compatriota Carl Lewis, y de salir del cono de sombra que
proyectaba Michael Johnson, si alcanza el tercer título mundial
consecutivo. Marion Jones, triple campeona olímpica hace un año, se
ha preparado un programa de competición mucho más relajado que en
Sydney. En Edmonton prescindirá de la longitud, su talón de aquiles
en rudimentos técnicos, y se concentrará en 100 y 200 metros, dos
pruebas en las que su superioridad es manifiesta. Si todo sale
bien, cerrará con el relevo 4x100. En 1.500 metros el marroquí
Hicham El Guerrouj intentará tomarse el desquite de su derrota
olímpica ante los kenianos, pero en ausencia de su verdugo en
Sydney, Noah Ngeny, tendrá como principal adversario al argelino
Ali Saidi-Sief, que ha bajado de distancia buscando camorra con el
plusmarquista mundial.
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