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La euforia de la Champions hará que el Real Mallorca tenga que rascarse el bolsillo. La invasión de campo que siguió al pitido final ha hecho que la UEFA tome cartas en el asunto para evitar que en sucesivas oportunidades pueda repetirse esta costosa muestra de alegría. El comité de disciplina del organismo regente del balompié continental, reunido en la tarde de ayer en Nyon, decidió imponer al club mallorquinista una multa que ronda los 20.000 francos suizos "al cambio unos 2.200.000 pesetas" por el revuelo generado por los cientos de seguidores que saltaron al terreno de juego para celebrar con los jugadores el acceso a la Champions League.

Esta sanción pecuniaria, que será comunicada a la entidad el próximo lunes desde Suiza, supone a la vez el apercibimiento al Real Mallorca. Caso de que un hecho de esta magnitud vuelva a repetirse sobre la hierba del terreno de juego mallorquín, la UEFA se planteará seriamente el cierre del estadio de Son Moix. Uno de los puntos a favor de la entidad balear ha sido el hecho de que esta marabunta humana tuviera un objetivo pacífico, festejar un hecho histórico para el fútbol de las islas. El Mallorca ha pagado un precio por la gloria casi testimonial, teniendo en cuenta las cifras que se mueven en la competición.