Ibagaza, en el centro, junto a Luque y Eto'o. El argentino está lesionado. Foto: TOMÁS MONSERRAT

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Ariel Ibagaza es seria duda para los dos próximos encuentros que tiene que disputar el Real Mallorca debido a la lesión muscular que sufre en el cuádriceps de su pierna izquierda. Si se confirma la peor de las previsiones es seguro que el «Caño» no jugará ante el Deportivo Alavés y que tampoco lo hará contra el Panathinaikos. De hecho si la ecografía que tiene que efectuársele hoy al jugador desvela que una fibra muscular está fracturada, el periodo de recuperación no será inferior a las tres semanas.

Sin embargo aventurar cualquier hipótesis es arriesgado en estos momentos ya que hasta hoy mismo no se llevará a cabo la prueba que definirá con exactitud el alcance de la dolencia que está localizada en el cuádriceps izquierdo del jugador. El jefe de los servicios médicos del club, Joan Pericás, esperará al día de hoy para comunicar un diagnóstico conciso y, sin duda, mucho más preciso del que se puede hacer antes de comprobar el resultado definitivo de las diferentes radiografías a las que será sometido hoy Ariel Ibagaza.

La posible ausencia de Ariel en Atenas se une a la de Javier Olaizola que, por acumulación de amonestaciones, no podrá estar ante el Panathinaikos. Krauss tiene alternativas en esa banda y más después de comprobar cómo se desenvuelve Alejandro Campano que, si bien ha jugado de interior tanto en San Mamés como ante el Arsenal, también puede actuar perfectamente de lateral, lo que daría opciones a Àlvaro Novo de regresar al centro del campo. Otra de las posibilidades que tiene también el alemán es la de dar entrada a Fatith Akiel aunque esto depende en gran parte de si llega el documento que acredita la validez del pasaporte comunitario de Leo Franco.

Por otra parte los futbolistas que jugaron el martes, descansaron en la jornada de ayer y hoy todos regresarán al trabajo por la mañana en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio. En el vestuario bermellón hay una gran alegría por el resultado conseguido en el primer partido de Champions pero nadie permite que la euforia se instale en el vestuario. Queda mucho camino por delante a recorrer y los jugadores creen que sería un grave error creerse que ya lo han conseguido todo.