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Miquel Alzamora - GELSENKIRCHEN El entrenador de Schalke 04 es consciente de lo mucho que se juega su equipo en la noche de hoy. Una victoria ante el Mallorca les daría opciones, como mínimo, a disputar la tercera plaza del Grupo C, sin embargo, una derrota dejaría al conjunto alemán prácticamente sin opciones de nada y estaría virtualmente sin ninguna posibilidad de luchar por nada. Perder, por lo tanto, significa decir adiós a Europa y de ahí la importancia que tienen los puntos en juego para el equipo que dirige Huub Stevens. «Para nosotros es fundamental ganar hoy al Real Mallorca. De no conseguir la victoria quedaríamos al margen de la lucha tanto para entrar en la segunda fase como también para abordar la tercera posición. Ahora matemáticamente seguimos con posibilidades y de ahí que ganar sea muy importe para mi equipo», declaró el preparador del Schalke.

Al igual que Krauss, Stevens, tiene también numerosas bajas en su equipo siendo la más importante la del delantero Ebbe Sand, máximo goleador de la Bundesliga la pasada temporada y que, en principio hoy no podrá jugar. Esta no será la única ausencia en el once ya que tampoco estarán Olaf Thon, Marc Wilmots y Van Eigenranch. El resto está a disposición del entrenador. «Es cierto que tenemos jugadores que no podrán estar en el partido pero tengo confianza en los que saltarán a jugar esta noche», manifestó Huub Stevens. Respecto al equipo mallorquinista, el técnico holandés aseguró que «ellos son un buen equipo y más que preocuparme por las individualidades, que las tiene, tengo especial preocupación por el bloque en sí. Hay buenos futbolistas y también un buen entrenador como Bernd Krauss», comentó el preparador del Schalke 04.

Por otra parte el estadio donde hoy se jugará el partido, el Arena AufSchalke, presentará un lleno prácticamente absoluto ya que desde el club y también desde la plantilla se ha solicitado el apoyo incondicional de su hinchada. De confirmarse la mejor de las previsiones, las 62.000 localidades del recinto deportivo estarán repletas de seguidores que convertirán el campo en una auténtica olla a presión. El hecho de que el campo sea cerrado hace que aumente todavía más la presión para el conjunto adversario. Los seguidores alemanes son conscientes de que están ante la última oportunidad de seguir vivos en la Liga de Campeones.