El filial vive un nuevo episodio de su particular drama. El San
Fernando visita el Lluís Sitjar (12 horas) con casi las mismas
urgencias que el grupo de Tomeu Llompart. También inmerso en el
peligroso juego que supone estar incluido en posiciones de
descenso, el conjunto andaluz tiene ante sí una nueva final. Pedro
Buenaventura encabeza un proyecto destinado al sufrimiento, aunque
el inconveniente que supone el terreno de juego bermellón juega en
su contra. Tampoco está para florituras Tomeu Llompart. El técnico
inquense, tras la dura derrota en Coria, se ha tomado como un punto
de inflexión la cita de esta mediodía ante los gaditanos.
Julián Robles es la principal baja en la lista de convocados,
conformada por diecisiete efectivos. El centrocampista viajó a
Pamplona con el primer equipo y dejó huérfana la posición de
pivote. Miquel Àngel Moyà se queda fuera y defenderá la meta del
juvenil, mientras que Güiza, expulsado en Coria, cumple una
merecida sanción. Entre las caras nuevas, destacan Alberto
Cifuentes y Roberto Merino. El guardameta retorna a sus orígenes
después de un largo periplo a las órdenes, primero de Bernd Krauss,
y después de Sergio Kresic. Por su parte, el peligroso mediapunta
recupera la sonrisa al haber superado sus problemas de rodilla, y
tiene opciones de estar en el equipo inicial.
Con ello, el once que disponga Llompart puede estar conformado
por Alberto bajo los palos, Zarandona, Candela, Miguel Sánchez,
Julio, Buades, Amate, Viale, Toni González, Morgado "o en su
defecto Roberto Merino" y Chando. En el banquillo, la gran duda es
saber si Horta podrá estar disponible. Por si las moscas, Jaime,
que ayer jugó con el Ferriolense, estará a la expectativa. Junto al
portero suplente estarán Reynés, Campos, Quique Mateo y, en
principio, Roberto Merino. La extrema situación no deja margen de
error, más ante un rival directo en la cola de una clasificación
caliente.
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