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Finalizado el encuentro, Quino Salvo y José Luis Oliete eran las dos caras de una misma moneda. La imagen de la frustración y el desengaño se alió "de modo casi inaudito" con el rostro totalmente desencajado y abatido del técnico del Coinga. Por otra parte, el entrenador del Drac Inca y ex del Menorca, que regresaba a la isla por vez primera defendiendo los colores del eterno enemigo, trasuntaba la felicidad y el placer que sólo surge cuando un partido se gana en el último segundo.

En este sentido, José Luis Oliete afirmó que «hasta el último minuto este partido pudo haberlo ganado cualquiera». Y es que lo cierto, a falta de 23 segundos para el final y con cinco arriba para los de Quino Salvo el encuentro emanaba un color más menorquinista que el oscuro del Drac. Pero más oscuro se tornó el Coinga en este pequeño interim. «No se puede perder un partido de este modo. Esto es muy duro. Ahora mismo estoy fatal, pero lo cierto es que la inexperiencia de algún jugador nos ha costado el partido», afirmó el vigués del Menorca. Oliete, aprovechó el abatimiento y la desazón colectiva de la que fuera su casa para recordar que «se trata sólo de un juego y en este deporte siempre debe ganar uno».

Más drástica fue la derrota para Quino Salvo: «de cien partidos como este sólo perdemos uno; "y añadió" esta mala pasada nos situará en la zona baja y será verdaderamente difícil levantara la moral al equipo. Con todo, y a colación de estas palabras, Quino Salvo aprovechó para pedir una vez más el respaldo de los incondicionales. «Pido al público que no se hunda porque yo no lo voy hacer. Seguiremos trabajando para llevar este proyecto adelante». El técnico del Coinga repitió, una y otra vez, que «en toda mi carrera deportiva jamás me había sentido como me siento hoy». Por otra parte, no quiso hablar de posibles fichajes ni nuevas incorporaciones. «Hoy es día para estar tranquilo y meditar bien las cosas, nada más».

En otro orden, José Luis Oliete achacó el varapalo que el Coinga le endosó en la primera mitad "llegando a ostentar una ventaja de 18 puntos" debido a «unas ansias locas de ganar. Nos hemos puesto muy nerviosos y esto casi nos cuesta el partido». Oliete recordó que «este deporte no es como el fútbol donde cada error puede ser definitivo, mis jugadores han olvidado que jugaban al baloncesto y tras cada yerro se desesperaban». Y concluyó: «en el descanso les he pedido tranquilidad, nada más que esto, y por lo visto al final nos ha funcionado». Oliete responsabilizó a Lino López y a David Fernández del la excelente primera mitad lasallista, pues «hemos conseguido parar a DA Layne y a John Floyd, pero no a aquéllos dos». Finalmente, el técnico aragonés del Drac, afirmó haberse sentido «extraño». Y aunque ya pisó la cancha del poliderpotivo de Maó dirigiendo a Los Barrios la pasada temporada, no dudó en afirmar que «jugar un derby tan pasional y, teniendo en cuenta como ha sucedido todo, la sensación es aun «más extraña si cabe».