El Liverpool, actual líder de la liga inglesa, recibirá en Anfield
Road al Barcelona, su primer rival de la segunda fase de la Liga de
Campeones «impaciente y sin miedo», en gran medida por la ventaja
psicológica que significa jugar en casa. Este será un partido que
marcará al Barcelona para el resto de la temporada, debido a la
entidad del Liverpool, equipo con el que los de Carles Rexach
tienen una cuenta pendiente desde hace siete meses.
El recuerdo de Anfield evocará a los barcelonistas el absurdo
penalti cometido por Patrick Kluivert y que significó la
eliminación del Barcelona de la pasada Copa de la UEFA. La
plantilla que entrena temporalmente Phill Thompson -técnico en
funciones hasta que el técnico francés Gerard Houllier se recupere
de una operación de corazón- afrontará el reto que supone medirse a
«uno de los grandes de Europa y de mayor calidad del campeonato»
con energías renovadas, tras haber arrebatado el liderato al Leeds
United.
El Barcelona juega un partido más trascendente en su sentimiento
que lo que supone en sí mismo. Una victoria insuflaría moral a un
equipo necesitado de conseguir un triunfo de prestigio. El debate
sobre la alineación o no como titular de Javier Saviola ha vuelto a
aparecer y es que la presencia o la ausencia del argentino
determinará qué tipo de fútbol quiere aplicar Rexach en
Anfield.
Existe la posibilidad de que el argentino comparta cartel
atacante con Vitor Borba Rivaldo, con lo que Rexach alinearía a su
tridente (Kluivert jugará en todos los casos de media punta) o bien
Luis Enrique podría formar la pareja atacante con el brasileño. En
ese último caso, Gabri García sería el gran beneficiado, puesto que
ocuparía el lugar dejado por el asturiano en la parte derecha del
centro del campo.
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