El Slovan Liberec, verdugo del Celta en la segunda ronda, dejó
malherido al Mallorca con un triunfo por 3-1 que obliga al equipo
español a emplearse a fondo en el segundo asalto de la eliminatoria
si quiere seguir adelante en la Copa de la UEFA.
En una noche con temperaturas por debajo de los cero grados
centígrados, los hombres de Sergio Kresic ofrecieron un espectáculo
de muy poca calidad y doblaron la rodilla ante un rival que, a
falta de calidad técnica para superar a un equipo como el Mallorca,
derrochó disciplina, pundonor e ilusión. Con esas armas, el Slovan
Liberec puso contra las cuerdas al Mallorca desde el primer momento
y sólo necesitó dos minutos para adelantarse en el marcador.
Endeble en defensa, sin capacidad de fabricar el fútbol en el
centro del campo y con dos delanteros, Samuel Eto'o y Leonardo
Biagini que apenas tocaban el balón, el equipo de Kresic no fue
capaz de devolver el golpe a su adversario. Todo lo contrario.
Estuvo a su merced durante un buen rato y en el minuto 19, en otra
jugada a balón parado, encajó el segundo gol.
En la segunda parte, el equipo español cometió los mismos
errores: falta de atención en defensa, incapacidad para crear y
carencia de pegada; y lo pagó muy caro. Otra falta, ésta a casi
cuarenta metros de la portería de Leo Franco, resultó de nuevo
letal para el Mallorca. Roman Jun se anticipó a toda la zaga del
conjunto balear, controló el balón que le llegó por alto con
absoluta comodidad dentro del área y firmó el tercer gol del Slovan
con un tiro raso (m.50). Once minutos después, Biagini acortó
distancias tras un saque de esquina lanzado por Campano y dio algo
de vida a un Mallorca que estaba al borde del abismo.
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