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FERNANDO FERNÀNDEZ Va a ser un sueño difícil de olvidar, y lo mejor es intentar pasar página. Más que nunca, Joan Llaneras puede pasear con orgullo por su tierra su condición de pentacampeón mundial y oro olímpico. Ahora el dolor de cabeza es para la UCI, que deberá replantearse el Método Francés. Y es que los casos de Strazzer y Llaneras han escocido en un organismo que presumía de sus trofeos en su extrema lucha contra el dopaje, y que, además de enfrentarse a las consecuencias legales y deportivas que este precedente sienta, deberá cambiar radicalmente sus premisas.

«Es necesario un método sistemático, eficaz y reproducible en cualquier laboratorio homologado» comentó a esta redacción Manuel Puello, jefe de los servicios médicos de la Federación Española. Comienzan a barajarse alternativas. Incluso se aboga por un control de sangre y orina en una misma competición. Lo que más reconforta a Joan Llaneras y los suyos, que nunca dudaron de la incocencia del de Porreres es que la búsqueda de eritropoyetina (EPO) recombinante fue negativa, y según el artículo 89 del RCA, el tema se cierra.

A la espera de emprender acciones legales, Llaneras comparecerá mañana a las doce en la sede del Comité Olímpico Español (COE), y el martes, a las once, lo hará en la Direcció General d'Esports, como informó su abogado, Andreu Garriga. De esta manera, Joan agradecerá a los medios y la gente de Mallorca su apoyo en estos momentos. Ayer, entre amigos, Joan apareció por primera vez en público desde que todo este amargo asunto saliera a la luz. Fue en Llucmajor, con motivo de la inauguración de la Ruta Cicloturista del municipio. Fue uno de los paseos más agradables de su vida.