Un bloque de hielo hizo trizas el sueño de Javier Sansó. Al filo del ecuador de la Vendée Globe, la regata en solitario y sin escalas más dura del mundo, el navegante mallorquín debió tomar rumbo hacia costas australianas. Con un sólo timón, el largo periplo desde las cercanías de la Antártida hasta tierra firme era extremadamente peligroso, pero el amargo viaje de regreso se pudo contar, que a fin de cuentas es lo que prevalece sobre la aventura. Ahora, inmerso en la preparación de futuras competiciones en la clase Open 60 "embarcaciones de sesenta pies", Javier Sansó busca apoyos, en definitiva patrocinadores, para disputar el Grand Prix, y a la larga, regresar a la prueba que le consolidó como uno de los mejores, o al menos más astutos, patrones.
Vela
Javier Sansó lanza un nuevo reto oceánico
El navegante busca apoyos para iniciar un ambicioso proyecto y aprobar su asignatura pendiente, la Vendée Globe
08/12/01 0:00
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