Tan sólo 32 minutos sirvieron para demostrar que el concurso de
Ariel Ibagaza es vital en los esquemas del Real Mallorca. El
mediapunta argentino retornaba al equipo tras poco más de cien días
de forzada ausencia por lesión. Mucho sufrimiento dista desde el 11
de septiembre, en el que el destino quiso jugar una mala pasada al
habilidoso jugador.
Ayer, el Nuevo José Zorrila fue testigo directo de un momento
tremendamente esperado. Ariel volvía a vestir la elástica
mallorquinista y contaba con la oportunidad de demostrar que no ha
perdido sus facultades. Sobre su caso particular, la vuelta plena a
la actividad, Ibagaza no pudo ocultar su satisfacción, «pues me he
sentido cómodo y a gusto en el campo, pero por desgracia, mi
actuación no ha sido suficiente para conseguir los tres puntos que
tanto necesitábamos», comentó el jugador en la misma zona de
vestuarios del estadio vallisoletano.
A la hora de valorar el resultado cosechado por el equipo en
tierras castellanas, Ariel se muestra contrariado por el marcador,
pero plenamente convencido de que las cosas pueden cambiar sin
mejorar demasiados aspectos del juego del equipo. «El resultado ha
sido a todas luces injusto, pues creo que tuvimos oportunidades
suficientes para poder arañar por lo menos un punto. De todas
formas, debemos ser positivos y optimistas. Creo que, con esta
actitud, iremos seguro para arriba en la clasificación y los
resultados llegarán pronto. Sólo hay que ser paciente», reseñó el
jugador.
Aún se le nota falto de ritmo, circunstancia normal si se tiene
en cuenta su larga inactividad. Miedo ya no atesora en su interior,
todo lo contrario, está ansioso de volver a ser el hombre que
deslumbró. El Mundial está demasiado cerca como para dejar pasar el
último tren con destino hacia Corea y Japón.
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