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El Real Mallorca ha decidido hibernar en un año donde la Champions se presentaba como la gran oportunidad y con el tiempo se convirtió en la peor pesadilla para los bermellones. El esfuerzo físico y la sobrecarga de partidos pasaron factura al grupo balear, que poco a poco se ha ido despidiendo de todas y cada una de las competiciones en las que ha participado y, como punto y final a la primera vuelta de la Liga, se ha instalado en las zonas de descenso. Estos primeros cuatro meses de competición han supuesto una carga demasiado pesada y el devenir en la competición concluyó en la drástica decisión de despedir a Bernd Krauss. De hecho, tanto la entidad como el propio entorno mallorquinista apuntan a que el trabajo del técnico alemán fue trascendental para entender la curva descendente que ha ido trazando poco a poco el equipo rojillo.

La llegada de Sergio Kresic supuso un alivio para el vestuario y ayudó a paliar la enorme tensión que rodeaba al grupo de futbolistas y a todo el club. Sin embargo, las lesiones "muchas e importantes" continuaron debilitando el potencial del equipo y el ritmo infernal de competición no se detuvo ni un sólo instante. Todo junto motivó la caída en picado de un Mallorca que ha decidido hibernar y que también no ha logrado deshacerse del estigma perdedor que viene persiguiendo al conjunto de Son Moix en la presente temporada.

Ahora sólo queda la Liga, que no es poco, y hay tiempo suficiente para recuperar el tiempo perdido. El regreso de Ariel «Caño» Ibagaza se presenta fundamental para Kresic y su equipo. El argentino es imprescindible en el engranaje del once titular y con él jugando la permanencia está mucho más cerca, también sería aconsejabla que estuviera Eto'o, pero de momento el camerunés sigue con su selección y parece que puede estar cerca de un mes, algo que ya es habitual por estas mismas fechas cada año.