Al Mallorca B no le salen las cosas. El conjunto de Tomeu Llompart
traza una línea irregular que pone en peligro su estancia en la
Segunda División B. La derrota ante el Cartagonova ha hecho daño a
un once que ve cómo en el Lluís Sitjar vuelan la mayor parte de los
puntos. Tan sólo una victoria y dos empates ha cosechado el
Mallorca B en su feudo de es Fortí. Un bagaje desolador si lo
comparamos con los tres puntos y las sendas igualadas registradas
en sus desplazamientos.
La falta de argumentos en ataque y el nerviosismo de la zaga
preocupan. Chando le está quitando el protagonismo a un Güiza cuya
estela se agota. Para colmo, los nervios afloran. El enfrentamiento
del delantero andaluz con la grada y la expulsión de Reynés, única
baja segura para el domingo por sanción, son el mejor
exponente.
La Balompédica Linense, todo un clásico del panorama nacional,
es la siguiente prueba. Ante los de la Línea se cierra una primera
vuelta para olvidar, y se inicia un segundo ciclo para la
esperanza. El conjunto andaluz forma parte del atasco en la cola, y
tan sólo se encuentra a tres puntos de los rojillos. Una victoria
significaría un paso adelante, pero es en Ciutat donde se debe
amarrar una permanencia que debe ser el único objetivo de una
temporada para olvidar. El tramo que se avecina no invita al
optimismo, pues el siguiente compromiso tras el paso por Cádiz es
ante uno de los pesos pesados, el Granada, y en la capital
nazarí.
La enfermería se vacía poco a poco, pues Morgado y Herrero ya la
han dejado, quedando tan sólo el interrogante de Toni González. El
centrocampista parece evolucionar de su esguince de tobillo, pero
sigue siendo duda cara al domingo pues las molestias en su
articulación persisten.
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