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Tres mallorquines de adopción, Gonzalo Iturbe, Antonio Oviedo y Pedro Del Campo, y otros cuatro de nacimiento, Antonio Amengual, Marcos Martín de la Fuente, David Castedo y Juan Miguel Gelabert «Juanmi», conforman la nómina de futbolistas de esta tierra que han vestido la camisola del Sevilla. Se da la casualidad que todos ellos lo han hecho en Primera División.

Dos de ellos, Iturbe y Oviedo, jugaron aún en aquel Sevilla que tenía en el estadio de Nervión su fortín. Un estadio, por cierto, que constituye todo un hito para el fútbol mallorquín, puesto que vivió un hecho único en nuestra historia como el acontecido el 24 de noviembre de 1946 en el transcurso de un Sevilla-Real Madrid de Primera División. En el conjunto madridista se alinearon tres mallorquines: Francisco Sureda, guardameta, de Manacor; Guillermo Pont, centrocampista, de Palma, y Pablo Vidal, delantero, de Llucmajor. Todo un hito, y además de las pocas veces el Madrid centenario ha alineado juntos a tres jugadores de la misma procedencia en el once titular.

Gonzalo Iturbe Àlvarez, aunque nacido en Unquera (Cantabria) el 22 de diciembre de 1922, eligió Mallorca para vivir y aquí encontró la muerte en 1959, con treinta y ocho años, en un desgraciado accidente de circulación acaecido en Palma. Casado con la palmesana Esperanza Perelló Pujol, Iturbe jugó en el Sevilla entre 1941 y 1946. En junio de 1946 fichó por el Mallorca, que estaba en Segunda División, y cuya delantera más habitual era la integrada por Oliva, Montalvo, Mijares, Iturbe y Pocoví. Iturbe jugó después con el Oviedo y de ahí pasó al Puebla, de México, y Toluca. Ocho meses después de su regreso a Palma sufrió el fatal accidente que le costó la vida.