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El Mallorca tiene previsto eliminar de su actual estructura a varios equipos de fútbol base si Joana Maria Petrus, directora general d'Esports, mantiene el reglamento del programa para el deporte en edad escolar que libera a los jugadores menores de 16 años. Así, la entidad rojilla prescindiría del conjunto que milita en la categoría benjamín de fútbol 7, del alevín de Primera Regional y de los dos equipos infantiles, manteniendo únicamente a los dos cadetes y a los juveniles.

El Govern balear ha aplicado una ley que está implantada en toda la geografía española pero que las comunidades autónomas ceden a las territoriales de fútbol, que en ningún caso la ejecutan. Petrus fijó mediante un decreto que los jugadores en edad escolar (hasta los cadetes de último año) no quedaran retenidos y eso le ha dado vía libre a los principales clubes españoles para intentar firmar a las emergentes figuras de la cantera balear.

Uno de los casos más significativos ha sido el de César Collado, un centrocampista de 16 años que milita en el Mallorca y que actualmente se encuentra concentrado con la selección española para disputar un torneo en Portugal. El club rojillo se ha visto obligado a ofrecerle un contrato de tres temporadas para que el jugador siga en la entidad y ha tenido que buscarle una ubicación en el equipo juvenil de División de Honor. El futbolista había recibido proposiciones de varios clubes de primer nivel (desde el Barça hasta el Atlético de Madrid) y la única manera que el Mallorca tenía para retenerlo era estenderle un contrato.

Ante tal tesitura, el club prefiere eliminar las categorías inferiores y prescindir de gran parte de su estructura. Además, la dificultad que tiene el Mallorca para encontrar instalaciones deportivas tras abandonar el Miquel Nadal ha agrandado la herida y todo apunta a que la próxima temporada la cantera del club bermellón será testimonial. La Federación Balear de Fútbol se apresuró a denunciar que la reglamentación del Govern, basada en el apartado C del artículo 8.1 del Orden de la Conselleria de Benestar Social que data del 31 de octubre de 2000, va a perjudicar notoriamente al fútbol base de la Comunitat e incluso buscó soluciones alternativas, pero siempre se han encontrado con la negativa del Govern balear.