Una vida dedicada a la natación recibió el homenaje del deporte
balear. Enrique Granados, que como dirigente y deportista lo ha
dado todo para el mundo de la piscina, fue agasajado en el Consolat
de la Mar con la mayor distinción que el deporte de las Islas
brinda, el Cornelius Atticus'2001. Fue un acto sencillo y en el que
Granados recibió el cariño de sus más allegados, aunque la emoción
desbordó al artífice del Plan General para el Desarrollo de la
Natación en Balears al dedicar una especial mención a su esposa y
sus hijos.
Granados lo ha dado todo por la natación durante su etapa en
activo. Olímpico en Helsinki'52 y Melbourne'56, además de recordman
y todo un ejemplo como máster. Su paso por la presidencia de la
Federación Balear de Natación y su papel en la organización de los
Mundiales del 86, celebrados en Madrid, culminaron una trayectoria
colmada con la medalla de plata al mérito deportivo del CSD y el
Cornelius Atticus. Otra ilustre de la natación mallorquina, Antonia
Real, introdujo a Enrique Granados con unas palabras que calaron en
el homenajeado, mientras que Francesc Antich, que le entregó la
distinción junto a Fernanda Caro y Joana Maria Petrus, agradeció
toda su aportación a la historia reciente de la natación balear y
española.
En su alocución, Enrique Granados no quiso personalizar el
capítulo de agradecimientos, y reiteró que se lo ha pasado «muy
bien nadando. No ha sido un sacrificio, sino un privilegio. A la
natación se lo debo todo "añadió", y trabajando por su bien saldé
una deuda personal con ella», comentó Granados, a quien la emoción
le pudo en algunos instantes del acto, al que no faltó casi
nadie.
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