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EFE. El Real Mallorca dio otro paso más hacia la salvación tras vencer por 4-2 al Atlético Osasuna, que también se mete de lleno en la lucha por la permanencia. El equipo balear tuvo que padecer lo suyo para imponerse a un correoso adversario, que sigue sin ganar en la capital balear, pero que hoy dejó una grata impresión, pese al 4-2, un resultado engañoso ya que el Osasuna empataba hasta el minuto 78. El equipo de Kresic aprovechó mejor sus opciones en la primera parte, pero tuvo al final de este período un descuido impropio de una defensa organizada en torno a cinco futbolistas -tres de ellos centrales- que lanzó, de nuevo, a un Osasuna totalmente apático hasta ese instante.

El Mallorca había hecho lo justo para marcar en dos ocasiones por intermedio del camerunés Samuel Eto'o, la segunda a través de un penalti muy riguroso, aunque también había desaprovechado otras oportunidades muy claras. El control del balón fue del Osasuna y las ocasiones del Mallorca. Fue un encuentro de vuelo corto y con muchos errores en las entregas, típico de dos equipos que se debaten en la zona baja de la clasificación.

Sin hacer nada del otro mundo, los baleares se preparaban para disfrutar del descanso cuando surgió el oportunismo del «Pipa» Gancedo para cazar un balón de oro en el aérea. Hasta ese momento, el partido era plácido para los mallorquinistas, pero su defensa no estuvo acertada en un instante clave. Por ello, la reanudación tuvo una tensión y un ritmo trepidante, marcados por un Osasuna que veía muy cerca el empate ante el repliegue voluntario de su rival. El Mallorca quiso jugar al contragolpe, pero se encontró con el gol de Palacios (min. 63) que dejaba el partido totalmente abierto a lo que ocurriera a partir de entonces. Y fueron dos mallorquines, Nadal y Soler, quienes definieron las acciones. Primero, apareció un inconmensurable Nadal para conectar un soberbio cabezazo a la salida de un córner y, después, redondeó el resultado Francisco Soler al transformar una falta directa. Son Moix fue una auténtica fiesta ante la obtención de tres puntos vitales en la lucha por la permanencia a la que se ve abocado el Mallorca tras una temporada irregular y llena de baches.