El Mallorca B no puede dejar pasar otra oportunidad de sumar en
casa, y mucho menos con la visita del Algeciras en la agenda del
filial. Los gaditanos respiran un poco más que el once balear, pero
una derrota en el Lluís Sitjar (12 horas) les volvería a meter de
lleno en la pugna por evitar el descenso y les convertiría en
serios candidatos y aspirantes al play-off por la permanencia.
Después de inyectar vida al colista San Fernando, mantener la
imbatibilidad en casa se antoja vital. El trabajado triunfo
cosechando en Es Fortí ante el Coria debe relanzar a los de
Llompart ante la que ha sido su gran asignatura pendiente del
curso, el papel de local.
Viendo que el final de competición se acerca y la capacidad de
reacción del vestuario es nula sobre la hierba, Tomeu Llompart ha
dado un toque de atención a sus pupilos. El bajo rendimiento de
algunos de los hombres determinantes ha irritado al cuerpo técnico,
que no ha dudado un instante en prescindir de su concurso. La
trascendencia de cada uno de los encuentros que restan, más cuando
ante enemigos directos toca medirse, hace que los nervios puedan
aflorar y la situación pueda tornarse más hostil para los
rojillos.
Por si fueran pocos los problemas que debe solventar Tomeu
Llompart, la lesión de Zarandona plantea más problemas a la hora de
confeccionar la lista y en consecuencia el once. De todas formas,
el preparador inquense puede formar su equipo base, con Alberto
bajo los palos, Julio, Campos, Herrero y Miguel Sánchez en defensa;
Amate, Riera, Viale y Juanlu en la medular. Las dudas crecen en
punta, aunque Morgado parece ser el que tiene un puesto asegurado,
sin descuidar a Tuni.
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