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El Drac Inca empezará esta noche a caminar sobre el alambre que le ha servido la Liga. No hay lona para el grupo de Oliete, sólo un amenazante y gran agujero que dejaría demasiadas preguntas en el aire. La competición ha adoptado un sentido único para la escuadra mallorquina, cuya capacidad de reacción ante una situación límite se pondrá a prueba ante el Sondeos del Norte. El duelo no deja de ser un curso acelerado de supervivencia. Ambos equipos aparecen tapados por las derrotas y también los dos parecen tener claro que el duelo dictará sentencia. Juan Díaz, inquilino del banquillo gallego, exponía de forma gráfica el tratado de intenciones de su equipo: «Queremos ponerle al Inca la soga al cuello». Al margen de la carga de belicosidad que aflora la frase de marras, así es el partido al que dará cobijo el Palau.

El Drac Inca parece haber asumido con naturalidad que el sufrimiento será su compañero de viaje de aquí al final de la fase regular. La excelente respuesta que dió el equipo en Córdoba, perdió todo su efecto tras la disputa del clásico balear y en el viaje a Murcia. Ahora la tesitura no admite más errores. El Sondeos es un equipo acostumbrado a manejarse en arenas movedizas. Lo ha hecho desde que adquirió rango LEB y ese aspecto parece concederle ciertas ventajas. La situación del Inca era previsible, pero encontrarse de frente con la realidad ha resultado especialmente duro.

Una función repleta de contundencia ante el Llobregat (92-63) parece haber reactivado a un Sondeos que hace unas pocas semanas caminaba moribundo. «Estamos satisfechos con el juego que hemos desplegado en los últimos partidos. En Ourense se nos escapó la victoria en los últimos segundos; en Huelva también tuvimos nuestras opciones y ante el Llobregat logramos un triunfo clave. La verdad es que a nosotros no nos importa el equipo que tengamos en frente, lo que nos preocupa es hacer las cosas bien», explica el técnico del Sondeos.

Para José Luis Oliete, la trascendencia del partido tampoco admite demasiadas lecturas. «Tenemos que ganar y lo haremos. Está claro que nos enfrentamos a un rival directo y el equipo que pierda se verá abocado a disputar las series de descenso». El preparador del Inca, que desde el domingo ultima los detalles del compromiso, expresó su deseo de que «la afición nos apoye al máximo y esté más que nunca con el equipo. Nos jugamos mucho y los jugadores necesitan ayuda».