La generación G abarrota Son Pardo

Jaume Morro y Maria Antònia Munar eran ayer las dos personas más felices en Son Pardo. El propietario de «Glasny Goal» porque se impuso en el Gran Premi Nacional y la presidenta del Consell de Mallorca porque vio como la generación G dejó pequeño Son Pardo; más de veinte mil personas se reunieron en el hipódromo palmesano.

Si la importancia de un acontecimiento deportivo se mide por el número de personas que acuden a presenciarlo y por las autoridades que presiden el acto, el Gran Premi Nacional fue simplemente un éxito. Junto a los más de veinte mil anónimos estuvieron en Son Pardo la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar; el ministro de Medi Ambient, Jaume Matas; el president del Govern Balear; Francesc Antich; el president del Parlament, Maximiliano Morales; y el alcalde de Palma, Joan Fageda, entre muchos otros.

El Consell de Mallorca ha apostado muy fuerte por el deporte del trote y antes de que la lototrote conviva con los mallorquines comienzan a verse los primeros resultados. El hipódromo Son Pardo presentaba un buen aspecto, pero la segunda fase de la reforma comienza a ser necesaria. Las buenas condiciones climatológicas hicieron innecesaria la cobertura de la tribuna, pero el alto número de coches evidenciaron la falta de un aparcamiento. Los hubo que tuvieron que utilizar el párking de la cárcel y de Son Hugo para ver las carreras.

La generación G del trote balear congregó a veinte mil personas, pero las apuestas no se incrementaron en la misma proporción. Un domingo cualquiera se juegan alrededor de doce mil euros y se reúnen cerca de dos mil personas. Si se hubiera seguido la proporción debían haberse jugado ciento veinte mil euros, pero se apostaron alrededor de treinta mil euros. La explicación es simple: el asiento en la tribuna de Son Pardo ayer se cotizaba muy alto.