Verbrugghe invirtió 4 horas y 4 minutos en recorrer los 159
kilómetros, del denominado circuito de La Versilia, con salida en
la localidad de Viareggio y llegada en Lido de Camaiore.
Tras él acabó el alemán Schweda, a casi un minuto y dando tiempo
a un grupo en el que estaba el español Pereiro. El grupo principal
del líder, el alemán Jens Heppner (Telekom), llegó a 1:45 minutos,
por lo que el teutón conserva la camiseta de líder. Una victoria
merecida y trabajada, la de Verbrugghe, que tras el segundo puesto
en el prólogo tras el español Juan Carlos Domínguez se ha dejado
ver día tras día, pero sin éxito.
En esta ocasión fue el más astuto y aprovechó la ocasión para
sorprender al hombre a batir de la jornada: Mario Cipollini.
Verbrugghe atacó de lejos, en la última subida al puerto de Pedona,
cuya cima se encontraba a tan sólo 19 kilómetros de la línea de
meta.
El comienzo de la jornada volvió a tener como protagonista
destacado al «fantasma del dopaje», pues aunque no se dio a conocer
ningún caso más, el comentario general volvía a ser el «no
negativo» del italiano Stefano Garzelli, líder de la carrera hasta
la jornada anterior y ganador de dos etapas.
A ese posible positivo con el diurético probenicina, hay que
añadir los controles de sangre y orina que pasaron Garzelli y sus
compañeros del Mapei el sábado por la noche, para dejar claro que
están dentro de la ley. Unos controles que no han hecho otra cosa
que incrementar el desconcierto en el pelotón, que se niega a hacer
declaraciones al respecto. La etapa comenzó con mucha tranquilidad
y muchos aficionados en la línea de salida, especialmente
seguidores del italiano Mario Cipollini, pues su residencia
habitual se encuentra a pocos kilómetros de donde comenzaba y
terminaba la jornada.
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