Los chicos de la Academia Operación han aumentado el patriotismo.
El país volvió a interesarse por un festival de canción devaluado y
se emocionó de nuevo con una compatriota. Era obligatorio darle
continuidad al sentimiento y el Mundial es el mejor test para
calibrar el nivel de españolismo de cada uno. Mallorca no es el
epicentro, pero Palma disminuyó su actividad para sentarse frente
al televisor y ver como Morientes le cerraba la boca a Chilavert.
Mallorca se encuentra ya en temporada alta y los turistas buscan
en la Isla algo distinto al fútbol "ingleses y argentinos si lo
hicieron, pero ya hablaremos de ellos".
Si en lugar de salir a hacer algún recado a las 11 de la mañana,
ayer se hubiera dado una vuelta por Palma hubiera visto como los
turistas se fotografiaban junto a todas las estatuas y monumentos
que encontraban y como llenaban las calles más céntricas de ciutat.
Los autobuses de la línea 15 (la que lleva hasta s'Arenal) viajaban
llenos y la Fira del Llibre veía disminuir sus visitantes «por el
frío», explica un vendedor. No temieron las inclemencias
metereológicas los alumnos de quinto curso del Colegio Josep Maria
de Palma, que realizaron una visita cultural sin preocuparse del
resultado del España-Paraguay.
Las informaciones prevenían de un importante absentismo laboral
y realmente en las calles palmesanas se redujo el tránsito de
nacionales, disimulado por la marabunta turística.
Si el nivel de patriotismo se mide por la exhibición de las
zamarras nacionales, Mallorca volvió a suspender en el segundo
examen. Cansados de ver la camiseta de la selección nacional
argentina por cualquier rincón de ciutat, sólo en algunos bares
pudimos contemplar como los seguidores españoles se enfundaban la
camiseta de Raúl y cía.
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