Los hombres de Guus Hiddink alcanzaron en el estadio de Incheon
la máxima cota lograda hasta ayer por el fútbol de este país
asiático, tras superar 1-0 a Portugal y lograr el primer puesto del
Grupo D.
Tras el triunfo ante Portugal más de 600.000 coreanos se
reunieron en las calles de Seúl para manifestar su apoyo a su
selección, que ayer afrontaba un encuentro ante Portugal decisivo
para la clasificación para octavos de final, que se disputará en
Incheon, a 40 kilómetros de la capital.
Los aficionados desfilaron por distintas arterias de la ciudad
para reagruparse en una de las plazas principales donde estaban
instaladas pantallas gigantes para presenciar en directo el
encuentro y posteriormente dieron rienda suelta a su alegría,
siempre de una forma pacífica y muy educada.
Así, Corea del Sur logró avanzar por primera vez en su historia
a los octavos de final de un mundial de fútbol, tras derrotar el
viernes 1-0 a un minimizado Portugal que terminó el partido con
nueve hombres. La solitaria anotación fue conseguida por Ji-sung
Park al minuto 70, haciendo estallar de gozo a la mayoría de los
50.000 aficionados reunidos en el estadio de esta ciudad
sudcoreana. Al final de la primera ronda, Corea del Sur se ubicó en
el liderato del grupo D del mundial con siete puntos, seguido de EE
UU.
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