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Miguel Luengo LONDRES Wimbledon, el tercer Grand Slam de la temporada, el único que se disputa sobre hierba, estará más abierto que nunca, sin un dominador claro y con la ausencia de los dos jugadores que lucharon por el título el pasado año, el campeón Goran Ivanisevic y el finalista, Patrick Rafter.

Considerado por muchos como el torneo más importante del año, odiado por otros por sus especiales condiciones, lluvia, rígido protocolo y especiales reglas, el torneo londinense vuelve a congregar en sus cuadros a todos aquellos que saben de su importancia.

Tan sólo quince días después de que Albert Costa batiese en la final a Juan Carlos Ferrero y se alzase con el título en Roland Garros en una singular fiesta española, la hierba inglesa espera, y el tenis hispano acude a ella con 21 representantes, 12 en el cuadro masculino y 9 en el femenino.

No obstante, estarán lejos del récord de 26 (15+11) del 2001, y habrá notables ausencias: Carlos Moyá y Alex Corretja, por problemas físicos, además del triunfador de París, disfrutando de su reciente boda, y Arantxa Sánchez Vicario, debido a un cansancio extremo. Con todo, la representación española será una de las más numerosas por países, pero sólo contará con dos raquetas entre los cabezas de serie, Juan Carlos Ferrero (9), reciente finalista en Roland Garros y, que acude a Londres después de haberse preparado únicamente entrenándose en su pista de hierba artificial en Villena, y Tommy Robredo (20), éste sí, animado por su gran actuación en el torneo de preparación de Den Bosch, donde repitió semifinales.

En el cuadro femenino destaca la baja de Arantxa, que falta por primera vez en 15 años.