TW
0

Carlos de Torres - PARÍS
El estadounidense Lance Armstrong, del US Postal, se proclamó vencedor del Tour de Francia por cuarto año consecutivo una vez terminada la última etapa, entre Melun y París, en la que el australiano Robbie McEwen se impuso al esprint y le arrebató al alemán Erik Zabel el séptimo maillot verde de la regularidad. Armstrong paseó por los Campos Elíseos una victoria que le acerca a los mitos de la carrera: Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain y se sitúa en solitario en la zona de cuatro triunfos. Así va viendo cómo se cumple su vaticinio de hace 10 años: «Si Armstrong llegó a la luna, yo llegaré a Marte», dijo. El corredor tejano, que cumplirá 31 años el próximo mes de septiembre, volvió a escuchar el himno de su país en la «Ciudad de la Luz», escoltado en el podio por el español del ONCE Joseba Beloki, segundo y mejorando el tercer puesto de 2001 y por el lituano del Lampre Raimondas Rumsas.

Armstrong recibió la felicitación telefónica del presidente americano George Bush, «otro tejano» que le «acaba de invitar a la Casa Blanca», dijo el campeón. El estadounidense sigue los pasos del astronauta que pisó la luna en 1969 y como un cohete, ya va lanzado en busca del quinto título de la carrera que da sentido a su vida deportiva. En la capital francesa recibió el reconocimiento del público, no siempre amable con él y de sus propios compañeros de pelotón, donde se admite su absoluta superioridad. El fin de fiesta fue compartido por el australiano del Lotto Robbie McEwen, quien también hizo historia al imponerse por segunda vez en París, la primera fue en 1999, y arrebatar al alemán Erik Zabel un maillot verde que el corredor del Telekom ha ganado seis años consecutivos.

McEwen ganó la etapa de trámite al esprint con un tiempo de 3h.30.47, por delante de su compatriota Baden Cooke, de la Francaise des Jeux y del francés Damien Nazon, del Bonjour, segundo y tercero respectivamente. Zabel llegó séptimo. El Tour se cerró en plena vigencia del «tiempo de Armstrong» y el reconocimiento general de la superioridad del estadounidense, aunque no faltaron las voces contra la pasividad del pelotón a la hora de inquietar al dominador y evitar un paseo triunfal que se extendió desde los Pirineos a los Campos Elíseos. El líder del US Postal se acercó a su puesto definitivo tras la contrarreloj de Lorient, en la novena etapa, el día que tuvo que escuchar que no era el del año pasado. Se aprovechó del trabajo del ONCE hasta Pirineos y allí puso orden en La Mongie y Plateau de Beille, pero sin arrasar.

En el Mont Ventoux no logró coronar una victoria que le queda pendiente, pero dio otro retoque en la general. En Los Alpes cerró el Tour en espera de la firma de la contrarreloj del sábado, donde evitó comentarios de duda sobre su potencial. Efectivamente, «un Tour tranquilo», como él mismo reconoció. Los españoles acaban con un segundo puesto en la general (Beloki), el triunfo por equipo del ONCE, siete días de maillot amarillo (Ígor González), dos triunfos de etapa (ONCE y Freire) y 5 hombres entre los diez primeros de la general, lo que marca un dato histórico en el Tour de Francia. Beloki, Ígor González, Mancebo, Heras y Sastre han aportado una buena cuota de protagonismo en cada una de las etapas, aunque siempre a la sombra de Armstrong.