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Roser Vives regresó ayer a casa con una sonrisa. Viene de debutar en el Campeonato de Europa absoluto y de colgarse tres medallas en el Campeonato de España. A pesar de sus éxitos, la reina de la natación balear, continúa mostrando su carácter amable y reflexiona sobre la temporada. «Estoy satisfecha con mi participación en el Nacional. El objetivo era nadar en las tres finales y tratar de subir al podio y lo he conseguido», manifestó Roser Vives a su llegada a Son Sant Joan.

La nadadora del Club Natación Palma de Mallorca se colgó la medalla de oro en los 400 estilos, la plata en los 200 mariposa y el bronce en los 200 estilos. Sobre este último metal comentó que «el bronce fue un fallo técnico. Iba la primera y cuando viraba me quedé debajo de la corchera. Me pasaron dos nadadoras y me puse nerviosa. De todos modos pude hacer tercera».

La participación de Roser Vives en el Campeonato de Europa absoluto también fue notable. Fue sexta en los 200 mariposa, pero no pudo meterse en la final de los 400 estilos. «Por las mañanas no puedo competir. La clasificatoria de los 400 estilos era por la mañana y aunque me levanté a las seis, fui a entrenar dos veces y me tomé un café no pude clasificarme para la final. Si hubiera sido por la tarde, lo hubiera hecho mejor. En los 200 mariposa, nadamos por la tarde y todo transcurrió según lo previsto».

Roser Vives disfruta desde hoy de un mes de vacaciones. En septiembre regresará al CAR de Barcelona para finalizar el curso de segundo de Bachillerato y para preparar los objetivos de la próxima temporada. «La meta más importante es conseguir la mínima para participar en el Campeonato del Mundo y tratar de hacer un buen resultado. Se hará en Barcelona y competiremos en casa».