España se aferra a la ley del mínimo esfuerzo

José Antonio Pascual - BUDAPEST
La selección española sub'21 solventó con tranquilidad pero con escasa brillantez el amistoso veraniego de turno que disputó en el mítico estadio del Ujpest ante Hungría, donde hizo bastante con superar a un rival que puso más fragor, demasiado, pero que se mostró muy inferior en todos los aspectos. Mikel Arteta, la referencia en la creación de España, demostró que está a un nivel excelente, por encima de la mayoría, Oscar Miñambres cuajó una gran actuación en el primer periodo, José Antonio Reyes estuvo bullicioso y hasta marcó el tanto que abría el marcador tras un precioso centro del madridista, y Xabi Alonso puso orden.

El tanto del utrerano llegó en la mejor acción del equipo español en los primeros 45 minutos, después de un par de remates con cierto peligro de Fernando Torres, el segundo de los cuales se estrelló en el poste cuando el balón había superado al arquero rival. El cambio de la pareja atacante, como los otros, no modificó el panorama, porque España controló a placer, sin forzar lo más mínimo, y Hungría se hartó de correr tras el balón y de ver cómo el sportinguista David Villa podía explotar su velocidad por la banda derecha, como reclamaba Santisteban. Portillo mandó un testarazo al larguero poco antes de que fuera expulsado Sandor Torghelle por una durísima entrada.

Con el amistoso más caliente de lo que requería el envite, España desaprovechó su superioridad numérica Hungría creyó algo más en sus opciones. Manejó algo más el balón y hasta Víctor Valdés tuvo que abortar con un despeje felino un disparo de Czvtkovics.