Poli e Ibagaza festejan con Samuel Etoo el segundo gol del Mallorca. Foto: TOMÀS MONSERRAT.

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2 REAL MALLORCA: Leo Franco; David Cortés, Nadal, Niño, Poli; Ibagaza, Lozano, Robles (Olaizola, min. 46), Riera; Pandiani (Marcos, min. 68) y Eto'o («Turu» Flores, min. 86).
0 RCD ESPANYOL: Argensó; Navas, Domoraud, Soldevilla, Ricardo (Alex, min. 66); Maxi, Fredson (Milosevic, min. 50), Morales (Velamazán, min. 66), Roger; Luque y Tamudo.
GOLES:
1-0, min. 57: Lozano.
2-0 min. 85: Eto'o, de penalti.
ARBITRO:
Medina Cantalejo, del colegio andaluz. Expulsó por doble amonestación a Niño, del Mallorca, en el minuto 45; amonestó a Pandiani, Leo Franco, Ibagaza; a Ricardo, Maxi y Soldevilla del Espanyol.

INCIDENCIAS:
Unos 17.000 espectadores en el estadio Son Moix. Antes del partido se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del ex vicepresidente del Real Mallorca José Antonio Tenza.

Miquel Alzamora
El Real Mallorca ganó al Espanyol, ganó en credibilidad y se quitó de en medio a un rival directo y predestinado a descender a Segunda. Y lo hizo todo en un segundo tiempo dramático donde jugó con diez por expulsión de Niño.

El Real Mallorca apareció sobre el césped con un tridente que se apetecía de lujo , aunque, al margen de hombres, el equipo balear exhibió una idea futbolística mucho más firme y sólida que la de su rival.

El Espanyol se limitaba a no encajar gol y dejaba toda acción ofensiva merced a una jugada a balón parado o a una acción rápida a la contra. Pero cuando no hay calidad es difícil sorprender salvo que la suerte te acompañe, y a los malos equipos, la suerte suele serles esquiva. Entre la falta de fortuna y la acción de Franco, que respondió muy bien ante un «misil» tierra"tierra de Roger, el Espanyol se mostraba impotente y falto de recursos.

Sin embargo , siempre es bueno tener a un jugador como Tamudo ya que, o marca o crea problemas y ayer hizo lo segundo. Estuvo correoso y participativo y forzó en el minuto 46 la expulsión de Fernando Niño por doble amonestación. El Mallorca se quedaba con diez y por delante todavía había que disputar toda la segunda parte. Juande Ramos apostó entonces por ganar el partido y sacó a Milosevic. Manzano también movió el banquillo y dio entrada a Olaizola para solidificar la defensa y devolvió a Ibagaza a su hábitat natural. Pese a jugar con diez, el Mallorca encontró cierto orden en todas sus líneas y el Espanyol, pese a tener un hombre más, no se mostraba ambicioso y sí excesivamente conservador.

Tarde o temprano esto tenía que pasar factura y fue más pronto que tarde. Ibagaza fue entrado en falta poco antes del cuarto de hora y Albert Riera, que tiene un guante por pie, sirvió magistralmente a Lozano que, de cabeza, estableció el uno a cero. Manzano había resuelto bien tácticamente el asunto y el Mallorca era superior sobre el campo.