La alineación del Real Mallorca empieza poco a poco a verse
huérfana de los jugadores denominados clásicos o rebautizados como
«vacas sagradas» por Johan Cruyff. Futbolistas que han dado la cara
durante muchos años y que ahora han visto como su condición de
titulares no es tan sólida como antaño. Marcos Martín, Paco Soler,
Javier Olaizola y Miquel Soler asumen con resignación su nuevo rol
pero Manzano sabe que en momentos puntuales su aportación al equipo
será determinante para sumar tres puntos, paga ganar un partido
comprometido, para tranquilizar al entorno, en definitiva, para
muchas cosa.
El domingo Javier Olaizola salió en un momento muy delicado y
desde atrás empujó al equipo a conseguir la victoria. El defensa
vasco compareció ayer ante los medios para recordar que él está a
disposición del técnico y del equipo. «Mi situación la llevo bien,
con 31 años que tengo y ocho años aquí estoy para lo que necesite
el entrenador», declaró el futbolista del Real Mallorca.
El capitán del Real Mallorca no quiere polemizar ni tampoco ser
mártir de una situación a la que ni él, ni sus compañeros, ni
tampoco la afición están acostumbrados a vivir. Sin embargo, el
defensa bermellón tiene muy clara cuál es su misión. «Me voy a
limitar a trabajar a tope para estar al cien por cien y que el
equipo salga beneficiado de ello», explicó el futbolista.
Desde el apartado deportivo, Olaizola destaca la gran
importancia de haber conseguido la victoria ante el Espanyol ya que
esto significa que lo de San Mamés no fue una casualidad. «El
partido ante el Espanyol era muy importante ya que significaba
corroborar la línea de resultados que empezó en San Mamés. Eso es
lo que importa, conseguir mantener una línea regular, sumar puntos
y exhibir la mayor solidez posible», subrayó el futbolista del Real
Mallorca.
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