España pone rumbo a la Eurocopa (3-0)

J.A.P.-ALBACETE
La selección española consiguió el primer objetivo de afianzar el liderato del grupo 6 de la fase previa de la Eurocopa con una victoria ante un rival muy inferior como Irlanda del Norte (3-0), pero no encandiló, se quedó sin la goleada esperada y sin que Raúl González batiera el récord anotador del equipo hispano. Los protagonistas respondieron al guión previsto. El partido fue un monólogo atacante de los pupilos de Iñaki Sáez ante un muro verde y blanco que formaron los jugadores de McIlroy.

Dada la diferencia de potencial, la clave era 'abrir el melón' lo antes posible, como habían insistido Sáez y sus pupilos y el gol tardó 19 minutos en llegar, los que necesitaron Xavi y Baraja para conectar y el valencianista para cabecear a la red. Era un compromiso para romper por las bandas con Joaquín y Vicente, para que Guti desequilibrara con su habilidad e incluso para que Raúl hubiera festejado su gol 30 que le haría entrar en la historia de la selección y convertirse en el máximo artillero.

Raúl, la gran duda hasta la víspera, quiso jugar pese a su sobrecarga cuando podía haberse ahorrado el esfuerzo y continuar su recuperación para los próximos partidos con el Real Madrid, y el 'Ferrari' rozó el tanto en un par de disparos, pero el balón no encontró portería y tendrá que esperar a otra ocasión para ampliar su cuenta. Como ocurrió en el amistoso de Belfast antes del Mundial, España se marchó al descanso con un gol de ventaja después de intercalar momentos brillantes con otros más espesos entre la maraña norirlandesa, cuyo mejor cualidad es que dispone de una afición infatigable.

Guti, que había pasado algo desapercibido, aprovechó un buen desborde de Vicente para estrenar su cuenta en la selección, situar el 2-0 y acabar con catorce minutos de sopor, porque Irlanda del Norte no dudó en seguir defendiéndose con nueve hombres y porque España comenzó muy fría el segundo periodo. Pero poco o nada modificó el panorama, porque el balón siguió siendo de España, que, aupado siempre por la clase y visión de Xavi y el trabajo y la ambición de Baraja, mantuvo el dominio, aunque sin acierto en los últimos metros hasta que el valencianista rubricó a poco del final un buen encuentro personal con su segundo tanto.