El tenista mallorquín, en plena acción durante el partido.

El tenista mallorquín, en plena acción durante el partido.

16/10/02 0:00
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AMADOR PONS. Enviado especial.
 Lo más parecido a Dios que ha conocido el hombre en el mundo del tenis es Pete Sampras. Ayer, Fernando González jugó a ser todopoderoso y Carlos Moyà tuvo que recordarle quién es el top ten. El tenista mallorquín se impuso 2-6, 7-6 (4) y 7-6 (4) en un partido más propio de una final de Grand Slam que de una primera ronda de un Masters Series. Moyà avanza a los octavos de final en Madrid y comienza a pensar en el vencedor del Jari Novak-Tommy Robredo.

La grandeza de un tenista se mide por el tamaño de los rivales a los que supera y Fernando González fue ayer un adversario enorme; todo lo que sucedió en la central del Rockódromo de la Casa de Campo fue enorme. El tenista chileno, la revelación del circuito ATP de este año, es uno de esos jugadores que golpea todas las pelotas al límite de su potencia y tiene mucha fuerza. Su primer servicio no bajó de los 210 kilómetros/hora durante todo el partido, su derecha es tan poderosa como la del propio Moyà y su revés está parejo.

Fue el revés a una mano parelelo una de las facetas que sorprendieron a Moyà en el primer set, aunque no la única. Fernando González comenzó el partido sirviendo e hizo un ace de segundo servicio en el primer punto del partido. Los nervios, probablemente el talón de Aquiles del chileno, le fallaron en el juego inicial e incluso Moyà disfrutó de dos pelotas de break.

Fue un espejismo porque este era el set de González y el único que consiguió romper el servicio del adversario fue el chileno. En el cuarto juego del partido, con 2-1 a su favor, el relevo de Marcelo Ríos comenzó a meterse en la pista y se jugó los restos. Sus golpes eran extremadamente potentes y sus piernas le permitían llegar a la bola en las mejores condiciones. Con el 4-2 en el marcador Moyà tuvo dos nuevas pelotas para romper el servicio de González y tratar de equilibrar el partido, pero volvió a dejar la oportunidad y el set ya que de nuevo en el octavo juego perdía el servicio (6-2).