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FERNANDO FERNÀNDEZ No hay más margen de maniobra. El encuentro de la máxima ante Coinga Menorca Bàsquet es el punto de inflexión en la trayectoria de un Drac Inca que precisa de una victoria balsámica para reconducir una situación tremendamente complicada. El derby balear es siempre un partido especial y con un doble significado en el marcador, aunque los guaritmos que refleje el luminoso del Palau pueden determinar el futuro del inquilino del banquillo mallorquín.

Las horas de José Àngel Samaniego están contadas si el Drac Inca no obtiene un triunfo ante el eterno rival. El crédito del donostiarra se mantiene tras el nada sorprendete tropezón en Ourense, pero el límite está fijado en el Palau y con Menorca como testigo de excepción. Acumular una octava derrota supondría alcanzar un punto máximo de decadencia que forzaría un movimiento brusco desde los despachos.

Parece que los primeros candidatos empiezan a hacer acto de presencia en la agenda inquense, aunque los mejor posicionados parecen ser Pep Clarós y Àngel González Jareño. Dentro de las quinielas también ocupa un lugar preeminente Quim Costa, pero la experiencia de los dos primeros se antoja desequilibrante a la hora de deshojar la margarita y apostar por un técnico.

Clarós es conocido en la LEB por su paso por Ulla Oil Rosalía de Castro, mientras que Jareño es un hombre poco acostumbrado a la primera línea de fuego. Su hoja de servicios está estrechamente ligada al Real Madrid, club en el que ha entrenado desde sus categorías base hasta ocupar el cargo de ayudante con Ignacio Pinedo, George Karl, Zeljko Obradovic y Sergio Scariolo, preparador con el que agotó su ciclo en la entidad blanca el pasado mes de junio.