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Situado en una posición de privilegio y con el objetivo de encadenar la quinta victoria consecutiva, el Real Mallorca juega hoy ante el Real Valladolid. Zorrilla no es una plaza que se le dé bien al conjunto balear que estos últimos años ha salido trasquilado y sin puntos. Pero los números que esta semana se han hecho por las inmediaciones de Son Bibiloni no contemplan el regresar de vacío de Pucela. Cuatro victorias seguidas invitan al optimismo y el grupo de Gregorio Manzano se marca el reto de sumar una más, que sería la quinta consecutiva y, a su vez, igualaría el mejor registro fechado el año en que Aragonés ocupaba el banquillo mallorquinista.

Sin embargo, Valladolid es hoy por hoy una de esas plazas llamadas malditas y sacar un punto de allí parece misión imposible. No obstante, ni el equipo de Pepe Moré es el mismo del año pasado ni el Mallorca acude al Nuevo Zorrilla con las armas entregadas de antemano. Manzano ha conseguido conjuntar un once titular que con el paso de las semanas ha madurado de forma importante hasta el punto de recuperar completamente el crédito puesto en tela de juicio las tres primeras semanas de campeonato.

Pero hablar de los primeros partidos queda ahora muy lejos, tan lejos que de un plumazo el objetivo de la permanencia queda casi en el olvido y el asalto a Europa se antoja como el próximo vagón que hay que intentar asaltar. El entrenador del Mallorca, de no surgir ninguna novedad, alineará al equipo que saltó de inicio ante Osasuna y que, salvo cambios de última hora, es el once tipo que ha confeccionado el entrenador de Jaén para cubrir este primer tercio del campeonato regular.