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El clásico de las urgencias comparece en el momento menos oportuno para un Drac Inca que se juega algo más que una victoria ante su eterno rival (18:30 horas). Inaugurar el casillero de triunfos del cuadro mallorquín y mantener en el cargo de Samaniego va implícito en el guión de un encuentro en el que el técnico donostiarra se juega en tan sólo cuarenta minutos su puesto de trabajo.

Ya no existe margen de error para Drac Inca. Sobrepasar el primer cuarto de competición con la derrota como único argumento es una condena irreversible, y de ello es consciente la plantilla inquense. El de hoy será el estreno de Paris Bryant ante su afición, que debe responder a la cita con un equipo al borde del coma. El base agradó en Ourense, y esta tarde debe ser el revulsivo que cambie el sino de un Palau que vivirá el ambiente de las grandes ocasiones.

Es en este momento cuando la reacción es posible. Prolongar esta dinámica es sinónimo de suicidio y por ello se ha hecho un esfuerzo para que el entorno sea el ideal para que la presión sea total hacia un Menorca que llega con gran parte del trabajo hecho.

Curro Segura se subió al tren en marcha tras el adiós forzado de Izquierdo y ha cumplido su cometido de forma holgada. El tándem formado por Joseph y Floyd ha otorgado la suficiente credibilidad al Coinga, que cuenta con un importante poso del pasado curso. Rueda es la gran amenaza en el perímetro, donde los menorquines son letales cuando disponen de un metro para tirar.

Por su parte, Drac Inca cuenta con todo su arsenal afinado y sólo la creencia en sus posibilidades y la fortaleza psicológica puede habilitar al equipo de Samaniego. La resurrección de Leo Gutiérrez se antoja urgente para que un cinco de garantías carbure de una vez por todas. El concurso del subcampeón mundial se hace notar en los momentos difíciles, y éste es uno de ellos. Junto a él, Rocky Walls es uno de los pilares en la pintura. El estadounidense ha emergido justo con el retorno de Alberto Alzamora al parquet y sus compañeros, pero en especial los números del equipo, lo han notado. Bryant es el revulsivo esperado, y de Bulfoni y Alzamora poco más se puede esperar. Ambos lo han dado todo y su juego está fuera de toda sospecha.