El nombre de Bartomeu Cursach ha adquirido durante las últimas
horas una dimensión estratégica en el entramado financiero del Real
Mallorca SAD. El empresario concedió al club a finales de agosto un
crédito de diez millones de euros (1.600 millones de pesetas) que
permitió satisfacer gran parte de las cantidades que se adeudaban a
la plantilla balear. Cursach reconoció ayer haber prestado esta
multimillonaria ayuda, aunque negó que este movimiento guardara
algún tipo de relación con una futura operación de compra de la SAD
balear.
«Ahora mismo no tengo ninguna intención de comprar un negocio
que cada año pierde dos mil o tres mil millones de pesetas. No es
algo que me seduzca, aunque también es cierto que en esta vida
nunca puedes decir que de esta agua no beberé», explicó el
propietario de uno de los mayores grupos de ocio del país. Cursach,
que se definió como «un mallorquinista de toda la vida», restó no
obstante algunas dosis de romanticismo a su colaboración económica
con la entidad.
«Quiero mucho a este equipo, pero sólo he prestado esta cantidad
por la credibilidad que me merece Mateo Alemany. El hecho de que él
sea el presidente ha resultado determinante en todos los aspectos y
es poco probable que hubiera aceptado prestar esta cantidad con
otro presidente. Bajo mi punto de vista Alemany es uno de los
mejores gestores del fútbol profesional y mi ayuda responde única y
exclusivamente a su presencia».
Para recibir el auxilio económico de Bartomeu Cursach, el Real
Mallorca puso sobre la mesa diversas fórmula para avalar el
crédito, entre ellas, un paquete de acciones de la entidad, aunque
al final se selló el acuerdo con los derechos federativos de Samuel
Etoo "que son compartidos al cincuenta por ciento con el Real
Madrid" y Leo Franco. «No acepté las acciones como garantía porque
no tengo intención alguna de ser propietario del club y repito que
en toda esta historia la figura de Mateo Alemany ha resultado
clave. A mi me inspira toda la confianza del mundo. Cuando se
barajan estas cantidades el tema del aval siempre es importante,
pero para mi la mejor garantía es la presencia de Alemany».
El préstamo de Bartomeu Cursach desvela que la línea que ha
trazado la familia Asensio para gestionar el Real Mallorca es
claro: el club debe financiarse por sus propios medios y articular
mecanismos para equilibrar gastos e ingresos. La propiedad no avala
fichajes ni concede ayudas económicas. «El fútbol profesional lleva
tiempo metido en una espiral de gastos peligrosa y la negociación
de los contratos de los derechos televisivos que se avecina
resultará clave para el futuro del Mallorca y la gran mayoría de lo
clubes de Primera y Segunda», opinó el empresario mallorquín.
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