Imagen reciente de Bartomeu Cursach. Foto: PEDRO PRIETO.

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El nombre de Bartomeu Cursach ha adquirido durante las últimas horas una dimensión estratégica en el entramado financiero del Real Mallorca SAD. El empresario concedió al club a finales de agosto un crédito de diez millones de euros (1.600 millones de pesetas) que permitió satisfacer gran parte de las cantidades que se adeudaban a la plantilla balear. Cursach reconoció ayer haber prestado esta multimillonaria ayuda, aunque negó que este movimiento guardara algún tipo de relación con una futura operación de compra de la SAD balear.

«Ahora mismo no tengo ninguna intención de comprar un negocio que cada año pierde dos mil o tres mil millones de pesetas. No es algo que me seduzca, aunque también es cierto que en esta vida nunca puedes decir que de esta agua no beberé», explicó el propietario de uno de los mayores grupos de ocio del país. Cursach, que se definió como «un mallorquinista de toda la vida», restó no obstante algunas dosis de romanticismo a su colaboración económica con la entidad.

«Quiero mucho a este equipo, pero sólo he prestado esta cantidad por la credibilidad que me merece Mateo Alemany. El hecho de que él sea el presidente ha resultado determinante en todos los aspectos y es poco probable que hubiera aceptado prestar esta cantidad con otro presidente. Bajo mi punto de vista Alemany es uno de los mejores gestores del fútbol profesional y mi ayuda responde única y exclusivamente a su presencia».

Para recibir el auxilio económico de Bartomeu Cursach, el Real Mallorca puso sobre la mesa diversas fórmula para avalar el crédito, entre ellas, un paquete de acciones de la entidad, aunque al final se selló el acuerdo con los derechos federativos de Samuel Etoo "que son compartidos al cincuenta por ciento con el Real Madrid" y Leo Franco. «No acepté las acciones como garantía porque no tengo intención alguna de ser propietario del club y repito que en toda esta historia la figura de Mateo Alemany ha resultado clave. A mi me inspira toda la confianza del mundo. Cuando se barajan estas cantidades el tema del aval siempre es importante, pero para mi la mejor garantía es la presencia de Alemany».

El préstamo de Bartomeu Cursach desvela que la línea que ha trazado la familia Asensio para gestionar el Real Mallorca es claro: el club debe financiarse por sus propios medios y articular mecanismos para equilibrar gastos e ingresos. La propiedad no avala fichajes ni concede ayudas económicas. «El fútbol profesional lleva tiempo metido en una espiral de gastos peligrosa y la negociación de los contratos de los derechos televisivos que se avecina resultará clave para el futuro del Mallorca y la gran mayoría de lo clubes de Primera y Segunda», opinó el empresario mallorquín.