Mateu Alemany ha redactado un discurso optimista, aliviado por los
triunfos y endulzado por la situación económica que vive la
entidad. El mandatario, que confirmó el préstamo de 10 millones de
euros que ha realizado el empresario Bartomeu Cursach a la sociedad
anónima mallorquinista, aseguró que el futuro económico del club
está «garantizado» porque «tendremos más activos y menos gastos»,
en relación a la inversión en la cantera "más de 7 millones en Son
Bibiloni" y a la rebaja en los salarios que se adivina en el
fútbol.
Además, el presidente explicó que la relación con el Grupo Zeta
«sigue siendo la misma», que si alguna vez se sintiera incómodo «se
marcharía» y que Cursach nunca le ha planteado comprar el club
«porque además no está en venta». El máximo mandatario
mallorquinista quiso dar por zanjado el tema sobre el dinero
adelantado por Cursach simplificando la operación: «Todas las
empresas necesitan financiación y nosotros no somos una excepción.
Este verano el club tenía ciertas deudas que debía saldar con
cierta celeridad y llegó un punto en el que advertimos que la venta
de Luque iba muy lenta y que, además, la forma de pago era
compleja.
Fue entonces cuando apareció este empresario mallorquín, que
además tiene una sensibilidad especial hacia el club, y cerramos
esta operación imaginativa y buena para nosotros. A los bancos no
les sirve como aval un jugador, pero para Cursach han sido
suficiente garantía Etoo y Leo Franco», agregaba. El acuerdo, que
se cerró a finales de julio "«para que los jugadores pudieran
cobrar»" garantizó una oxigenación económica «muy importante»,
según explicó Alemany.
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