El tira y afloja entre el Real Mallorca SAD y la Asociación de
Copropietarios del Lluís Sitjar seguirá vivo, y se remite a la cita
que en los juzgados tendrán ambas partes el próximo 11 de febrero.
La junta consiguió que el grueso de la sala diera el visto bueno a
la notificación notarial interpuesta sobre el estadio de la Plaça
Barcelona y el resto de propuestas presentadas. Al mismo tiempo, se
dio luz verde a la cuantificación y estudio de la historia de los
títulos de propiedad y se apeló al diálogo con el club, más tras la
entrevista mantenida ayer por Mateu Alemany con el presidente y el
vicepresidente de la Asociación, Joan Aguiló y Martí Mora.
Otro de los puntos calientes del encuentro fue la crítica a la
gestión de la anterior junta, presidida por Miquel Contestí, de la
que aún se espera la entrega de los libros de contabilidad. Además,
salió a la luz la expropiación municipal de unos terrenos
pertenecientes a la Asociación, cuyo coste reclama el grupo
encabezado por Aguiló. A la par se aclaró el paradero de una serie
de títulos no nominales embargados en su momento por Hacienda y que
estaban en propiedad del club, y que a través de la subasta pública
realizada fueron a parar a manos de miembros de la anterior junta,
que pactó la permuta de pases por el título antes de celebrarse la
asamblea.
Acto seguido, los abogados Coca y Millán, cuyos pleitos
continúan en marcha, pusieron al día de los mismos a los presentes,
a los que convencieron de la importancia de que la justicia se
incline de su lado. En líneas generales, Aguiló y su equipo de
trabajo consiguieron el consenso de la sala, que aguardará al paso
del tiempo y al devenir de la justicia para retomar los contactos
con Alemany. La delicada situación económica del club
mallorquinista fue definida en la asamblea como «el inicio de un
cambio en la propiedad del club».
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