Fernando Fernández11/11/02 0:00
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El debut de Xavi Sastre sirvió de poco en lo que a efectos clasificatorios se refiere, pero la imagen ofrecida por el Drac Inca invita al optimismo. Melilla no era una buena plaza para calibrar la reacción de los mallorquines, que sacaron todo su ogullo y mantuvieron serias opciones de victoria hasta los últimos compases del choque. El 69-66 refleja la tensión vivida en un final de infarto y en el que pequeñas imprecisiones acabaron inclinando la balanza a favor de los norteafricanos, cuya supremacía corrió serio peligro.

Lo que llama la atención es la actitud positiva del conjunto. Sastre ha sabido dotar de nuevos aires al vestuario, y eso se refleja en el parquet. A Leo Gutiérrez se le nota más participativo. Sus triples metieron en el partido al Drac Inca cuando parecía que todo se iba al traste, pero también una acción suya hizo que la victoria se antojara utópica. «Si algo se debe destacar es su capacidad de sacrificio. Dio la cara, tuvo una actitud cambiada y en defensa ofreció muchos recursos», afirmó un Xavi Sastre orgulloso del rendimiento del internacional argentino frente al Melilla.

Walls estuvo igual de activo, aunque su aportación anotadora se acabó notando en el luminoso. Nueve puntos son pocos para un hombre que debe marcar las diferencias, pero sus 14 rebotes dicen mucho del ímpetu que ofrece un hombre hasta hace unas semanas bajo sospecha. Su tempranera tercera falta personal frustró una estadística más holgada.

El incremento de las rotaciones y la recuperación de Txomín López son otras dos de las notas positivas del paso por el Ciudad de Melilla, de donde Sastre dejó claro que «podemos salir con la conciencia bien tranquila». Junto al técnico mallorquín, y por expresa petición suya, Willy Villar ocupó un lugar en el banquillo. La experiencia del base grancanario, para el que la temporada tocó a su fin, es un punto de apoyo para el nuevo inquilino del banquillo inquense, que se mostró «tranquilo» en su estreno en LEB como primer entrenador. «Yo actúo igual que siempre, pero con la responsabilidad asumida de dirigir a un conjunto como el Drac Inca».