Los españoles Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero se enfrentan hoy en
una de las semifinales de la Copa Masters por novena vez en su
carrera, con seis victorias para este último y dos para el
mallorquín, pero por primera vez en pista cubierta. Esta novedad
proporciona mayor aliciente a un partido del que ambos
contendientes esperan que tenga especial dureza y, como señaló
Ferrero, que se definirá solo en un par de puntos y según la
valentía que ofrezca cada uno en los momentos claves.
En esta temporada las dos mejores raquetas españolas se han
medido en tres ocasiones, con dos victorias de Ferrero, la final de
Montecarlo, en tierra, y la más reciente, la final de Hong Kong, en
pista dura. En el Masters Series de Cincinnati (dura) Carlos Moyá
le dejó fuera de combate en semifinales para luego lograr el título
ante Hewitt. Moyá llega a este partido con ganas y en forma, sin
perder un solo duelo en la primera fase, alimentando la esperanza
de ganar luego el título con lo que alcanzaría el premio especial
de 1.520.000 dólares, como campeón invicto, y los 150 puntos con
los que desplazaría al ruso Marat Safin del tercer puesto de la
Carrera de Campeones.
Para Ferrero significaría lo mismo, el tercer puesto, y poner
fin a una temporada saldada con los triunfos en Montecarlo y Hong
Kong, además de la final de Roland Garros. Moyá, ganador de cuatro
títulos, Acapulco, Bastad, Umag y el Masters Series de Cincinnati,
recordó ayer que tras empezar la sesión con muchas dudas en su
juego todo cambió para él en México. «El momento clave de la
temporada surgió cuando gané en Acapulco», dijo el mallorquín, «a
partir de ahí comencé a jugar mucho mejor y luego ganar
consecutivamente en Suecia y Croacia me dio mucho más. Ganar aquí
en Shangai tres partidos con gente tan importante ha sido añadir
más confianza».
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