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La aristocracia de la Liga va a medir la solvencia de este Mallorca, ese que ha dibujado un pico de rendimiento espectacular y que ahora convive con el éxito. El equipo de Manzano afronta en diciembre un calendario terrible marcado por las visitas a Riazor y Anoeta, y los enfrentamientos ante Real Madrid y Barcelona en Ciutat. Cuatro partidos que van a determinar el lugar donde se debe ubicar al conjunto balear, que llega a estas citas con la red puesta debajo del trapecio, porque ha sumado ya 22 puntos y sus exigencias son mínimas.

A estas alturas, a nadie le escapa que los equipos nobles del torneo han girado su vista a Europa. El Deportivo, primer rival del Mallorca, ha vuelto a quedar encasillado en el grupo de la muerte y su encuentro de esta noche ante la Juventus va a ser el objetivo primario de los gallegos esta semana. Irureta, amante de las rotaciones, podría echar mano del banquillo para diseñar el once que actúe ante los rojillos. La inclusión de hombres como Duscher, Amavisca o Donato hará que los deportivistas sean algo más blandos, que no menos competitivos.

En caso contrario, el Mallorca puede sufrir con la pegada de Sergio, las zancadas de Víctor, las carreras de Luque, la magia de Tristán y el acierto de Makaay. La dupla Tristán-Luque en ataque sería un homenaje a la nostalgia. La pasada temporada (6 de abril) el equipo que dirigía Kresic fue zarandeado en Riazor. Perdió 5-0 y descendió hasta la 16ª posición de la tabla justo cuando se cumplía la jornada 33 del torneo.