La XI Copa Príncipe de Asturias ha reunido a cuatro conjuntos que
reflejan algunos de los rostros que ofrece una competición sin
tregua. Drac Inca, como anfitrión, fue el primero en sellar su
pasaporte para la competición que tendrá lugar entre los días 1 y 2
de febrero en el Palau d'Esports. Coinga Menorca y Tenerife no
tuvieron apuros para hacer lo propio por la vía deportiva, mientras
que el Bilbao Básket sufrió una prórroga y un apagón para
clasificarse, y de paso hacerle un favor al Drac Inca en la pista
del Ulla Oil.
Drac Inca es el que más movimientos ha registrado en una primera
vuelta que ha finalizado con serias opciones de pujar por una de
las plazas que dejan fuera del play-off por el descenso y permiten
una salvación que con José Àngel Samaniego parecía utópica.
La imagen ofrecida como local en sus dos últimos partidos en el
Palau -ante Tarragona y Cantabria Lobos-, además del factor pista y
el ambiental juegan a favor del equipo con la estadística más
débil. Si hay un hombre que marca las diferencias y sobre el que
sustentarán buena parte de las opciones de los de Xavi Sastre, ése
es Rocky Walls.
Acomodado entre los jugadores más valorados de la LEB y
reboteador consumado, el estadounidense tiene una buena oportunidad
para demostrar sus virtudes bajo los tableros.
Enemigo a batir
La mala imagen ofrecida ante Coinga Menorca y Bilbao Básket es el
principal argumento en contra del Drac Inca, que sin embargo tuteó
al Tenerife en el Santiago Martín, pese a que al final, los de Paco
García hicieron valer la clase de una plantilla en cuyo plan de
vuelo tan sólo figura la consigna del ascenso como objetivo, además
prioritario. El hecho de haber finalizado la primera vuelta como
líder autoritario de la competición es el reflejo de las
intenciones de los canarios, un bloque que tiene en el rebote su
gran arma.
No en vano, los de Paco García cuentan con una pareja que
intimida sólo con su presencia. Savane y Hamilton rebotean, anotan
y son dos de los máximos taponadores de la LEB.
La solvencia de Nacho Yáñez, que regresa a Inca, Sabaté, o el
carisma de un Patricio Reynés que vivirá su Copa más especial son
el complemento ideal dentro de un vestuario plagado de talento.
Pero sin duda, el enemigo más temido por el Drac Inca será el
Coinga. Su triunfo en el clásico precipitó la destitución de
Samaniego y dejó claro que Curro Segura y los suyos van a por
todas. Limitados por el presupuesto se han sustentado en Paco
Rueda, F.J. Martín y Salva Camps, un trío de nacionales que se ha
bastado para noquear a algunos de los grandes. Tropiezos ante
Tarragona y Complutense han impedido a los mahoneses redondear una
primera vuelta de ensueño.
El último en llegar a Inca, pero no por ello el rival a tener
menos en cuenta es el Bilbao. Txus Vidorreta ha mantenido la base
del ascenso y ha sabido mantener el equilibrio tras el percance
sufrido por Tiago Splitter. Javier Salgado se ha destapado como
triplista, a la par que Isma Torres y José Luis Fernández se han
convertido en los pilares del juego interior de un bloque en el que
los nacionales son los que marcan las diferencias.
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