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Santiago Aparicio|MADRID
La eclosión de los españoles y su consolidación posterior entre los grandes de la raqueta no ha logrado, sin embargo, romper la «leyenda maldita» del Abierto de Australia, único torneo del Grand Slam que se resiste a formar parte de la historia de éxitos del tenis hispano. Ningún jugador de España ha logrado coronarse con el título de campeón en el torneo oceánico, a pesar de que el triunfo ha estado cerca, al menos, en seis ocasiones.

A las más recientes, la de Carlos Moyà, que perdió en 1997 frente a Pete Sampras, y la de Conchita Martínez, que cayó contra la suiza Martina Hingis un año después, hay que añadir las finales disputadas por Juan Gisbert en 1968, cuando fue derrotado por Bill Bowrey y por Andrés Gimeno en 1969, que se inclinó ante el mítico Rod Laver.

Arantxa Sánchez Vicario, que afronta su primer año retirada de las pistas, jugó, consecutivamente, dos veces por el título. En 1994 perdió con rotundidad ante la alemana Steffi Graf. Un año más tarde fue la francesa Mary Pierce la que impidió a la catalana lograr el primer Abierto de Australia para el tenis español.

Quinto favorito
Carlos Moyà y Conchita Martínez vuelven a intentarlo este año. Ambos están incluidos entre los cabezas de serie. El mallorquín como quinto favorito. Sin embargo, para la aragonesa, mucho han cambiado las cosas desde aquella final, cuando estaba alrededor de la cima del tenis femenino. Ahora, afronta el cuadro principal desde el puesto 31. Muy lejos del de entonces.

Junto a ellos, un grupo de tenistas que reivindican su puesto entre los candidatos. Empezando por Juan Carlos Ferrero, cuarto cabeza de serie -sólo por detrás del australiano Lleyton Hewitt, del estadounidense Andre Agassi y del ruso Marat Safin- que afronta expectante, como flamante finalista del Masters, un torneo que hace un año, debido a una lesión, no pudo disputar. El campeón de Roland Garros, Albert Costa (8), cierra la tripleta de españoles entre los diez primeros de la lista de cabezas de serie en la que también figura Àlex Corretja (15) y Tommy Robredo (26).

La ausencia del último campeón, el sueco Thomas Johansson, el nuevo gran reto del vigente número uno del mundo, Lleyton Hewitt, y las renovadas ilusiones de los españoles ante su torneo «maldito», alimentan las expectativas del Abierto de Australia de tenis, el primer «grande» de la temporada que irrumpe en el calendario internacional desde hoy.

La carrera por imponer la ley de la raqueta comienza alrededor de la grandeza del torneo oceánico. La larga andadura y la incesante lucha en el amanecer de una nueva temporada se abre sin el amo del título que inaugura el prestigio del calendario. El trono ha quedado vacante, pero plagado de candidatos.

Hewitt repite como gran favorito. El de Adelaida rememora en casa las sensaciones de hace un año. La situación fue la misma. Número uno del mundo, primer cabeza de serie y gran favorito. Pocos días después, el australiano, que después se impondría en Wimbledon y conquistaría el Masters, caía ante el español Beto Martín a las primeras de cambio. Pero la entereza del oceánico está fuera de toda duda y el Abierto de Australia es su gran obsesión a pesar de los dictámenes de la historia. Desde que el mítico Ken Rosewall ganó en Melbourne en 1976, ninguna raqueta «aussie» ha logrado coronarse en casa. Hewitt tirará de talento, ambición y orgullo para quebrar la leyenda con permiso del resto, ansiosos también de gloria.

Es el caso del estadounidense Andre Agassi, el ruso Marat Safin, que mantiene una cuenta pendiente desde el año pasado con el torneo o, entre otros, el de los españoles, esperanzados en que esta sea la ocasión de cambiar la historia.

El tenista de Las Vegas, de treinta y dos años, ha recobrado la ilusión por los éxitos que inundan su extensa carrera. Al contrario que Hewitt, el actual número dos del Mundo ya sabe lo que es saborear el triunfo en Melbourne. Tres Abiertos de Australia están contemplados en su palmarés -1995, 2000 y 2001- junto con un Roland Garros -1999-, un Wimbledon -1992- y dos Abiertos de Estados Unidos -1994 y 1999. Ausente el pasado año, Agassi vuelve a uno de sus lugares favoritos ansioso por retornar a la cima ahora poseída por el jugador australiano y cuya gloria ansía, como el que más, Marat Safin.

El tenista ruso suspira por el inicio del Abierto de Australia. El moscovita desechó, probablemente, una ocasión única hace un año en la pista central de la Rod Laver Arena del Melbourne Park, cuando fue sorprendido por el sueco Thomas Johansson y perdió la final a pesar de su claro carácter de favorito.

Después de certificar su presencia en el cuadro final del Abierto de Australia, Núria Llagostera reclama de nuevo máxima atención. Su victoria en la tercera ronda de la previa ante la canadiense Maria Eve Pelliter ha elevado la representación de la «Armada» a 25 componentes. El último obstáculo en el camino hacia el cuadro final no fue sencillo, ya que la mallorquina y canadiense disputaron un duro encuentro que finalmente se decantó del lado de la primera por 2-6, 6-4 y 6-3 después de 1 hora y 59 minutos de partido. La tenista mallorquina aseguró de esta forma su tercera participación en el cuadro final después de dejar en el camino de la previa, además de a la citada Pelliter, a la bielorrusa Nadejda Ostrovskaya y a la italiana Maria Elena Camerín. La mallorquina se convierte así en la única representante de la «Armada» que consigue superar una previa, que contó con nueve españoles (seis hombres y tres mujeres), y afrontará su tercer Abierto de Australia en donde en el 2001 alcanzó la tercera ronda.

Serena Williams, dominadora incuestionable del circuito femenino de tenis durante el pasado año, asume «obsesionada» la cuenta pendiente que mantiene con el Abierto de Australia, único «grande» que se resiste a su laureado palmarés y objeto de deseo auténtico de la norteamericana para la nueva temporada. La ambición de la de Michigan no tiene límites. Y no está dispuesta a esperar mucho más para ensanchar sin pausa el hueco que ya se ha hecho en la historia del tenis. En caso de vencer el próximo día 26 en el Melbourne Park, Serena se convertirá en la primera jugadora en ganar cuatro torneos del Grand Slam consecutivos desde que lo hizo la alemana Steffi Graf en 1994, cuando se impuso en Australia tras haber encadenado la campaña anterior los éxitos en Roland Garros, Wimbledon y Estados Unidos.

Hewitt repite como gran favorito. El de Adelaida rememora en casa las sensaciones de hace un año. La situación fue la misma. Número uno del mundo, primer cabeza de serie y gran favorito.

El tenista de Las Vegas, de treinta y dos años, ha recobrado la ilusión por los éxitos. Al contrario que Hewitt, el actual número dos ya sabe lo que es saborear el triunfo en Melbourne.

Ferrero, ausente el pasado año, Carlos Moyà y Albert Costa, incluidos entre los diez primeros del mundo y entre los favoritos del torneo, aceptan la batalla contra la leyenda maldita.

La primera jornada del Abierto de Australia supondrá el estreno de 13 de los 25 representantes con los que contará la «Armada» en las Antípodas y donde destaca el debut de Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyà en el cuadro masculino y Conchita Martínez en el femenino. El tenista valenciano, cuarto cabeza de serie, arrancará su andadura en el torneo en el tercer turno de la pista Vodafone Arena, mientras que el mallorquín Carlos Moyà, quinto favorito y finalista en 1997, lo hará también en el tercer turno de la Margaret Court y ante el belga Dick Norman. Del resto de la jornada destaca la presencia de Albert Costa, cuartofinalista en Australia en el 97, que se medirá ante David Prinosil, un jugador procedente de la previa y ante el que no debería pasar excesivos apuros. Más complicado lo tendrá Tommy Robredo, que se estrena ante un especialista en pista rápida como Wayne Ferreira, o David Ferrer que tendrá enfrente a Hyung Taik Lee, reciente campeón en el torneo de Sydney donde derrotó en la final al propio Ferrero. Completan la representación española, en lo que a la competición masculina se refiere David Sánchez, Mantilla y Clavet.