El presidente del Govern balear, Francesc Antich, fue uno de los
primeros en alegrarse del triunfo del Mallorca en Vallecas. Antich,
al conocer la victoria rojilla en Madrid, cogió el teléfono y llamó
a Mateu Alemany para felicitarle por los tres puntos conseguidos
ante el Rayo Vallecano y para confirmarle que estaría en el palco
del estadio de Son Moix en el próximo encuentro de Liga ante el
Recreativo de Huelva. El presidente del Govern, un fiel seguidor
del Real Mallorca, quiso estar cerca del equipo isleño en unos
momentos delicados, ya que el conjunto de Gregorio Manzano había
encadenado un buen puñado de jornadas sin conocer la victoria en
Liga.
El preparador mallorquinista puso entonces a Federico Lussenhoff
en el círculo central para tener tres futbolistas notables en el
juego aéreo que contrarrestaran los balones que enviaba el
cancerbero rayista, y el dibujo del conjunto mallorquinista fue de
corte defensivo, tal y como reconoció el preparador andaluz.
El sevillano Alejandro Campano regresó al flanco derecho en
detrimento del asturiano Àngel, mientras Poli actuó nuevamente en
el carril izquierdo. Harold Lozano tuvo la compañía en el doble
pivote de Lussenhoff, mientras Ibagaza formó de media punta con
Riera y Novo por las bandas. Con la baja de Etoo, Walter Pandiani
volvió a ser la única referencia en la punta de ataque. Ese fue el
once que presentó Manzano, improvisado por el gran número de goles
encajados en las últimas jornadas y por las sanciones que azotan al
equipo rojillo.
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