Los jugadores atendieron finalmente a un grupo de niños después de la polémica suspensión del lunes. Foto: Joan Torres

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Nada como un partido grande para amainar el temporal que azota a la selección española desde que llegó a Mallorca. Las lágrimas derramadas por centenares de niños en Son Moix han dado la vuelta a España y también han acabado relegando a un segundo plano casi todo lo que tiene que ver con el balón. Corren malos tiempos para la Federación de Àngel María Villar, presa de una crisis que ha asumido carácter permanente. De hecho, el plantón que dió el lunes el combinado nacional a dos centenares de aficionados, niños en su gran mayoría, no hace más que alimentar la mancha negra que se extiende sobre el corazón de la RFEF. El despido de Gerardo González Otero (secretario general), la dimisión en bloque de los miembros del Comité de Competición y el escándalo que salpica al vicepresidente económico Juan Padrón -presuntamente la RFEF costeó el viaje a Asia de familiares suyos que costó más de treinta millones de pesetas- son argumenos que evidencian un movimiento sísmico está sacudiendo a la Federación Española.

No obstante, el balón y los futbolistas concederán esta noche una tregua a Villar. Alemania, la actual subcampeona mundial, chequeará el estado del proyecto de Iñaki Sáez. España, que en marzo asumirá en Kiev un partido clave para dejar prácticamente resuelta su presencia en la Eurocopa de Portugal 2004, afronta la cita ante el combinado aleman con la seriedad que merece el duelo. Raúl González, por ejemplo, ha dejado claro que «ante Alemania no hay amistosos» y Sáez necesita afinar la maquinaria con rapidez.

España tiene además la intención de alterar la estadística y batir a un equipo al que no vence desde la Europa del 84. El gol de Antonio Maceda, convertido en material de hemeroteca, dejó a la selección en una final -ante Francia- que también pasará a la historia por el tanto que encajó Arconada.

Rediseño alemán
Voeller, tras el éxito mundialista, está rediseñando a su selección, aunque algunas de las ausencias que registrará Alemania en Son Moix no han sido forzadas. Michael Ballack, la gran figura del balompié teutón de la actualidad, y hombre clave en el Mundial de Corea y Japón, se ha quedado fuera por un gripe. No obstante, Alemania armará un equipo con un incuestionable grado de competitividad; una mezcla de juventud y veteranía que tiene en Oliver Kahn, Jens Jeremies o al propio Miroslav Klose a tres claros exponentes.

Raúl González liderará junto a Diego Tristán, Joaquín y Vicente la cara más ofensiva de España. Desde que Iñaki Sáez llegó al banquillo de la selección, en sustitución del dimitido José Antonio Camacho, el equipo nacional ha exhibido solvencia en defensa y consistencia en el centro del campo, aunque también ha ofrecido una evidente falta de pegada. Con Raúl, que actuará de media punta, y Tristán como hombre más adelantado, este es un aspecto que no debería preocupar en exceso, aunque hasta ahora a España le ha costado demasiado definir ante el marco rival.

Mallorca está respondiendo a la selección española y Son Moix rozará el lleno. La organización ha confirmado que se han vendido catorce mil localidades y se espera que durante la jornada de hoy el papel quedé prácticamente agotado. La importante colonia alemana que reside en la Isla está contribuyendo para que el partido sea un éxito de público. El combinado germano tampoco estará solo en Son Moix y contará con el apoyo de unos ocho mil aficionados.