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El Real Madrid recibe al Borussia Dortmund con la necesidad imperiosa de conseguir una victoria, en esta segunda fase de la Liga de Campeones en la que sólo ha conseguido un punto, y tras seis partidos europeos en los que no sabe lo que es ganar. Desde que el pasado 25 de septiembre de 2002 el Real Madrid goleara al Genk, en el estadio Santiago Bernabéu, por 6-0, el equipo no ha vuelto a saborear las mieles de la victoria europea, ni en casa ni fuera. Empate en Atenas (3-3) y en el Bernabéu (2-2) ante el AEK, derrota en casa ante el Roma (0-1), empate en la visita al Genk (1-1), Derrota en Milán (1-0) y nuevo empate en el coliseo madridista ante el Lokomotiv (2-2), estos dos últimos partidos ya en la segunda fase, cierran este ciclo de seis partidos que no se quiere ampliar de ningún modo.

Sin embargo, el equipo se clasificó sin sobresaltos para la segunda fase de la Liga de Campeones. La derrota en Milán y un empate en casa ante el Lokomotiv han dejado al Real Madrid en una posición incómoda y poco habitual. De la importancia del partido habla el hecho de que Vicente del Bosque, aunque no tiene problemas en la alineación, salvo la baja obligada de Fernando Hierro, concentrará a todos los jugadores del equipo «para tener todos información directa del rival y estar unidos en este momento tan importante».

El Borussia Dortmund llega a Madrid con la moral alta, tras golear al Bochum por 4-1, y con su técnico, Matthias Sammer, pidiéndole permanentemente a sus jugadores que crean en sus posibilidades y no tengan excesivo respeto por el Real Madrid.

El defensa Christian Woerns, que probablemente tendrá la difícil función de controlar a Ronaldo, parece haber asimilado la orden de Sammer y ya ha empezado a decir que el brasileño no le quita el sueño. Muchos conocedores del Borussia Dortmund esperan que el técnico Matthias Sammer juegue contra el Real Madrid con una defensa de cuatro hombres, que ya le dio éxito en la primera fase en el triunfo por 4-1 ante el PSV.